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Unas vacaciones con mis tías (Parte 4) : Una maratón
Fecha: 29/11/2024, Categorías: Incesto Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... anterior. Me había gustado tanto su contra ataque que decidí seguir con más artillería pesada. Recordaba como me había puesto ver su gran culo cuando la estuve follando y decidí atacar por ahí. – Después te la meteré en el culo hasta rompértelo! Le rugí a la vez que se lo apretaba con fuerza bajo el agua. – Más ganas tengo yo que tú de sentir está dura polla en mi culo embistiendo con todas tus ganas hasta que me lo llenes de leche! Joder, no podía con ella, tenía la mente incluso más guarra que la mía. Estaba ya como loco por qué se fueran para salir del agua y follármela allí mismo. Seguíamos manoseándonos a la vez que disimulábamos haciendo que jugábamos hasta que por fin apareció Candi por la puerta del salón. – Pasarlo bien! Tardaremos un par de horas! La muy astuta nos dijo hasta el tiempo que teníamos. Oímos arrancar el todo terreno y como se perdía el sonido en la lejanía. Mi tía Sole, como ella quería que la llamara, se abrazo a mi cuello espachurrando las tetas contra mi pecho y me devoró la boca con un beso lleno de pasión y deseo. Cuando despegó los labios me dijo con su voz habitual – Vamos a mi habitación que estaremos más cómodos, y además te tengo una sorpresa, Pedrito! Te importa que te llame Pedrito? – No, además creo que viniendo de vosotras me pone más! Le contesté mientras salíamos del agua con cierta rapidez. Entramos a la habitación y cerró la puerta. Puso música clásica en su teléfono y noté que tenía un buen ritmo. – Siéntate ...
... en la cama! Me dijo y la obedecí de inmediato. Entre la parte trasera de la cama y el armario había un gran espacio cubierto por una gruesa alfombra. Sacó unos zapatos de dicho armario que tenían unos buenos tacones y se los puso, ahora sus piernas se estilizaban más y su culo tenía una vista más deliciosa. Las puertas del armario de corredera eran de espejo y había otros dos espejos de cuerpo entero en los laterales. Se quitó la parte alta del bikini y sus hermosas tetas afloraron como dos pequeños balones de playa. Las aureolas marrones eran majestuosas y los grandes pezones surgían de su centro como los caños de una fuente. “No sé si será esto el regalo, pero me está encantando la visión!“ Pensé mirándola con lascivia incontrolada. Me hizo varias posturas y movimientos sexis al ritmo de la música que pusieron mi polla más dura aún. La saqué del bañador, donde ya casi no cabía, y la masajee con lentitud. A un par de metros de mi, se agarró las tetas para subírselas a la vez que las juntaba. Después se giró inclinándose para mostrarme su majestuoso culo bien levantado, lo abrió con sus manos y pude ver la fina tela del tanga que apenas cubría el amarronado agujero. Lo movió sinuosamente para darle un par de cachetes al final. Yo ya estaba que me salía, pero parecía no haber acabado. Me di cuenta que seguía el ritmo de la música a la perfección, como si lo hubiera ensayado. Volvió a ponerse de frente y metió los pulgares entre la tira del tanga de sus caderas y al ritmo de ...