1. Probando frutas maduras y ajenas (2)


    Fecha: 30/11/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... de que mi falo se saliera. Ella continuaba resollando y balbuceaba temblorosa varias veces la palabra “puto”.
    
    Se salió mi verga y también el aire que le había bombeado. Quedó quieta y cerró los ojos. Me fui a bañar dejándola en la cama. Al salir del baño ella seguía dormida. Me vestí en tanto que, con palabras, traté de que despertara.
    
    –¿No te vas a bañar, Chela? ¿Acaso no fue suficiente y quieres que te siga cogiendo hasta el amanecer? ¿Tu marido sabe que llegarás borracha y muy cogida? –le decía y con esta última frase empezó a despertar.
    
    –¿Qué hora es? –preguntó somnolienta.
    
    –Una hora después de la autorizada a la Cencienta –contesté para decir “La una de la mañana”
    
    –¡Dios mío, ya es tarde! –exclamó y se paró de inmediato para ir al baño.
    
    Tuve que acompañarla pues trastabillaba por lo borracha. Le ayudé a sentarse en el bidet y se aseó dos de las vías que usé. Luego tomó la gorra de baño y se metió a la regadera. Se enjabonó y me quedé pensando en que quizá la delatara el perfume del jabón ante su ...
    ... marido. La verdad es que ella ya tenía mucha experiencia en esas lides, así que no me preocupé.
    
    La dejé en su casa y me retiré. Al regresar del período vacacional, tuve oportunidad de platicar con ella en el tiempo del almuerzo. Me dijo que su marido llegó un poco después porque también hubo festejo en su trabajo, así que ninguno se enteró de cómo llegó el otro. Pero al amanecer, ella estaba encima de su marido y empezaron el “Chaca-chaca”. “Así, muchachito, así” le decía ella, pues pensaba que seguía conmigo, hasta que se vinieron. “¿Muchachito?”, le preguntó su marido cuando se repuso. “Es que la traías muy parada y tiesa, como hace diez años, mi amor, ¡muy rica!”, contestó como justificación.
    
    “¿Qué hiciste con el trofeo que te regalé?”, me preguntó refiriéndose a sus pantaletas mojadas. “Ya se secó, pero aún huele a puta. Le uso, colocándola sobre mi cara, lamiéndola un poco para que el sabor y el olor resurjan mientras me la jalo. Gracias por ese bello recuerdo” contesté con los ojos semicerrados y sonriendo. 
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