Ninguna decisión es final, todas se ramifican en otras
Fecha: 07/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... piensas?
—Siempre se puede decir que no. Nadie te obligó a hacerlo.
—Piensa lo que quieras. Sea como fuere, no se pueden cambiar las cosas. Lo hecho, hecho está. Ya he asumido mi parte de culpa.
—¿Tu parte? ¿Acaso tengo yo que asumir la otra parte? Es eso lo que quiero saber.
—No, dijo después de haber pensado la respuesta durante tres segundos.
—¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me rompiste el corazón? —continuó levantando la voz en un estado inconsolable.
—Deberías pasar página, Damián. Ya no se puede hacer nada.
—Para ti todo es muy fácil. ¿Cómo puedes ser tan fría? Ahí estás, impasible e imperturbable como si la cosa no fuese contigo.
—No lo soy.
—¡Pues dime algo! —gritó queriendo encontrar algún sentido o alguna respuesta lógica a su absurda situación.
—¡Sólo te digo que pases página! —volvió a pedirle.
—Quiero pensar que lo nuestro no fue una farsa. Tendrás tus motivos para hacer lo que hiciste y quiero saberlos. Quiero entenderte.
—No lo fue. Puedes estar seguro. Es con lo que debes quedarte. Te quise con todo mi corazón. Eso no nos lo quitará nadie, al menos a mí, pero ocurrieron cosas que no supe gestionar. Por mucho que intente explicarte qué pasó no vas a encontrar consuelo de ninguna de las maneras. Lo que te diga te va a soliviantar todavía más, si cabe, y no lo vas a digerir, sólo me vas a juzgar de forma más categórica.
—Inténtalo, —insistió.
—¿Por qué crees que toda la culpa recae sobre mí? Y que conste que yo no ...
... eludo la parte que me corresponde.
—Él era mi amigo.
—Y yo tu mujer.
—Por eso mismo.
—¿Quieres saber qué pasó?
—Precisamente eso es lo que te pregunto.
—¿Se lo has preguntado a él?
—No. Te lo pregunto a ti. Él para mí ha dejado de existir.
—Pues deberías también escuchar su versión.
—Quiero que seas tú quién me lo explique. No tengo nada que hablar con él.
—Como quieras, pero antes te diré que tu amigo no era quien parecía ser.
—¿Y lo eras tú?
—Todos tenemos trapos sucios que esconder.
—Habla por ti.
Sheila calló, respiró hondo y buscó una manera sutil de enfocar los hechos.
—¿Crees que todo empezó la noche que nos pillaste?
Damián abrió los ojos expectante.
—Tres meses antes de eso empezó a rondarme, siempre buscando la oportunidad para cortejarme cuando tú no estabas, y aunque eso no me exime a mí de culpa, no fui yo quien empezó esto. ¿Recuerdas aquel día que se quedó a dormir en casa? Tú tuviste que irte porque te reclamaron del trabajo y como recordarás, también fuiste tú quien insistió en que se quedara.
—Para que no te quedaras sola, no para que te lo follaras —le cortó.
—¿Vas a ponerte borde? —se quejó ella.
Damián calló. Sheila lo miró un instante recelosa y después prosiguió con su relato.
—Durante ese mes intenté evitarle y no paré de darle evasivas. Quería hablarlo contigo, decirte que estaba acosándome, sin embargo, pensé que al hacerlo empeoraría las cosas. Ese día tú le allanaste el camino. Quizás me ...