El sereno (Parte I)
Fecha: 07/12/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: G_Russo, Fuente: CuentoRelatos
... rostro. Tal vez tendría unos 60 años, piel morena, bigote y pelos canosos. Era corpulento y más alto de lo que pensaba, al menos más de una cabeza me sacaría. "Disculpe la molestia, señorita. Vi que encendieron la luz y me atreví a golpear la puerta para pedirle una botella de agua fría", dijo el hombre. "Sí, cómo no" le respondí y fui a buscar una botella de la heladera, en tanto que a través del espejo del vestíbulo vi cómo este señor clavó su mirada en mi culo. 'Viejo verde' pensé, y luego de darle lo que me había pedido, me dio las gracias y buenas noches y yo cerré la puerta. Un tanto desconcertada por lo que había pasado, aunque ciertamente con asco y mal humor luego de que el viejo me mirara el ojete. ¡Podría ser su hija, su nieta! Sin dudas le contaría a mi madre al otro día. Fui a mi cuarto y me acosté.
"De pronto estaba en la sala, solo con la luz del televisor prendida, recordando el pene enorme del novio de mi amiga. Me vi desnuda, sobando mis tetas y metiéndome dedos en el coño sin parar cuando de repente veo una figura detrás de mí, del sillón. Incliné mi cabeza hacia atrás y me encontré con una verga enorme ante mis ojos, mirando un poco más arriba vi la cara del viejo Francisco, el sereno, con una sonrisa lasciva y un tanto perturbadora. Intenté gritar pero la voz no me salía, estaba espantada, sobre todo cuando este señor se paró frente a mí, desnudo, lleno de vellos canosos, y agarró una de mis manos para envolverla en su pene. Mis manos, tan ...
... pequeñas, delicadas, tomando la verga de este viejo decrépito que gemía mientras me obligaba a masturbarlo, diciéndome que le encantaba mi culo y mis tetas enormes. Sentía miedo y asco, aunque pasé del terror a sentirme muy excitada, como pocas veces, como nunca; tanto así que lo masturbaba con una mano y con la otra empecé a tocarme yo, con tal vehemencia que no había experimentado antes. El hombre allí al ver mi calentura, se abalanzó sobre mí e intentó meter ese gran pene en mi coñito, yo trataba de gritar, gemir, quería sacarlo y a la vez no, hasta que finalmente me penetró".
Me desperté exaltada y agarré mi celular para ver la hora, eran las tres y media de la madrugada. Sentí que estaba totalmente empapada, había mojado por completo el short. Así que me levanté, retiré las sábanas y me saqué el pijama, quedando solo con la blusa puesta. Me asomé luego por la ventana que daba a la calle y ahí lo vi a ese señor, estoico, mirando atento a sus lados, comprometido con su trabajo. ¿Cómo podía ser que ese mismo viejo se había metido en mis sueños y excitarme de esta manera? Quería sentir asco, lo juro, pero no podía, seguía imaginándolo sobre mí, jadeando y a punto de hacerme suya. ¿Será que me quedé pensando en la verga del novio de Ángeles? Una verga que por cierto jamás vi pero sí la cara del señor... ¿Qué clase de juego perverso y caliente estaba tramando mi inconsciente? Preguntas y más preguntas se me venían a la mente, hasta que por fin, a eso de las cinco, volví a ...