Puta por necesidad
Fecha: 08/12/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Cecy, Fuente: CuentoRelatos
... llegado, por primera vez en la vida sentí mi panocha completamente llena, después comenzó a meterlo y sacarlo con ritmo y velocidad cada embestida me hacía bramar de placer, siempre he sido muy callada a la hora de tener sexo, pero esta vez pujaba para que mi macho se diera cuenta que lo estaba gozando y me diera más fuerte, llegó el momento de mayor excitación y él me decía que tenía un culote muy rico y eso a mí me calentaba mucho, yo le decía que si se le gustaba, él respondía que sí y ya entrada le pregunté que ¿qué le parecían mis nalgas? ¿Qué si eran nalguitas o nalgotas? Rafa decía que nalgotas y no sé porque me calentaba que me dijera eso.
Al oírlo yo más le paraba el culo para que me siguiera penetrando, hubo un momento como que él se cansó y se quedó parado, pero al sentir que ya no me entraba la verga yo hice mi trabajo, me empujaba hacía atrás casi con el mismo ritmo que él lo estaba haciendo, sentía muy rico como sus huevos pegaban en mi culo, no tardó mucho soportando mis movimientos cuando expulsó un chorro de leche en la vagina y después el resto me los hecho en la espalda y se recostó a un lado ...
... de mí. Así nos quedamos un rato y después me dijo “nunca había cogido tan rico, eres fenomenal”, yo no contesté nada pero pensaba exactamente lo mismo, jamás mi marido que había sido mi único hombre, me había hecho sentir tan mujer y tan puta. Creo que salí ganando con esta experiencia a la cual accedí por necesidad.
Finalmente nos cambiamos y me dijo qué cuanto me debía. Yo no supe que responder y me quedé pensando (tal vez yo soy quien le tenga que pagar a él por cogerme de esa manera) no sé, págueme lo que les paga a otras, se rio y sacó de su cartera dos mil pesos y me los dio, a mí se me hizo mucho, pero como estaba de endeudada se los acepté sin decir nada, llegó el taxi que me había pedido momentos antes y se despidió dándome un gran beso que me volvió a calentar, pero ya era tarde así que me subí al coche y me fui a casa.
Llegué primero con la señora de la tienda y le pagué lo que le debía, además de agradecerle el favor que me había hecho, ella sólo sonrió y me dijo -Por la cara que traes te ha de haber ido muy bien.
Yo simplemente asentí y la señora me dijo –Si vuelves a necesitar dinero me dices…