Mi Uber mejor calificado
Fecha: 13/12/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos
... así de excitado y quería extender ese momento. Me quité mi calzado fácilmente y él bajó los breteles de mi vestido hasta que cayó al cementerio de ropa junto con las otras prendas. Se alejó unos centímetros para contemplarme. Tocó mis pechos desnudos, ya que no llevaba corpiño, y llevó sus manos a mi culo apretándolo con fuerza antes de nalguearme. Se notaban en su actitud las ganas de hacerme todo lo que había fantaseado durante el viaje. Volví a besarlo con ansias mientras quitaba su remera, y lo empujé suavemente sobre el sillón. Se quedó mirándome desde allí, sentado con sus piernas bastante abiertas, vestido todavía con su bóxer, y sus brazos acomodados relajadamente sobre el respaldo del sofá. Vi que tenía varios tatuajes por todo su cuerpo, lo cual me gustaba mucho.
Yo, vestida aún con mi tanga de encaje, me mantuve parada frente a él para que me mirara mientras me soltaba el pelo castaño. Toqué suavemente mi cuerpo, me giré para que observara mi culo mientras yo misma lo apretaba sensualmente. Volví a ponerme de frente y muy lentamente me fui quitando la prenda que me quedaba. Que me sobraba, en realidad. Me quedé desnuda frente a él, y observé su cara mientras me miraba. Me encantaba ese desconocido.
Me subí sobre él, puse mi pelo de lado mientras lo besaba, y comencé a moverme despacio encima suyo. Sentía su erección entre mis piernas y su urgencia en mi boca. Me tomó con ambas manos de las nalgas y comenzó a moverme más rápido sobre él. Pasé mi lengua ...
... lentamente por sus labios y me levanté. Quité por fin su ropa interior, y liberé una verga preciosa y dura como una piedra. Sus venas estaban muy marcadas y su vello recortado prolijamente. Lamí mi mano mirándolo a los ojos antes de comenzar a masturbarlo muy despacio. Él estaba tan caliente que, con sólo ese contacto y esa humedad, dejó escapar un leve gemido. Me arrodillé frente a él y pasé mi lengua por sus testículos, siguiendo por su tronco, y llegando a la punta antes de meterme su pene entero en la boca. Comencé a chupar con muchas ganas. Ganas muy sinceras. Tenía un pene bastante grande y entraba con dificultad en mi boca. Me gustaba babeárselo y abarcarlo todo, aunque implicara quedarme sin aire. Escuchaba su respiración y gemidos, y sentía cómo se mojaba mi entrepierna. Ignacio tenía su mano entre mi pelo, mientras me miraba saborear.
De repente tiró de mi cabello desde la nuca y me retiró de allí. Me agarró de la cintura y me tiró boca abajo sobre el sofá. Puso un almohadón que se encontraba allí debajo de mi cintura, abrió mis piernas, y enterró su cara entre ellas. Comenzó a pasar con maestría su lengua por mi sexo. Se notaba que era algo que no hacía por compromiso, sino que ponía mucha dedicación en aquel arte. Yo gemía con la cara pegada al sillón, mientras mi Uber nadaba como un pez en el agua, pero entre mis piernas. Sumó sus dedos en mi interior mientras chupaba mi clítoris. Yo, por mi parte, sentía fuego. Mis gemidos subieron su intensidad sincronizados con su ...