1. Solas o en compañía


    Fecha: 13/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    Este relato nace en unos de esos días vulnerables para mí, en mi ciudad, en mi Valencia querida, sentada en mi sofá preferido donde tantos momentos buenos he pasado, pienso con los ojos perdidos en un horizonte mirando al mar en este tiempo atrás, en los últimos meses de mi vida, en mi novio y en mi amante, en mis dos amores y en una nueva amiga, amores inesperados, relaciones imposibles y en mi estado de Telegram, estado físico actual... solo puedo decir que estoy triste.
    
    Estábamos en el hermoso estado de Texas, Mario y yo habíamos aterrizado no hacía ni 15 minutos, aprovechando unos días de vacaciones y motivados en gran parte por la insistencia de una gran amiga que vivía aquí desde hace relativamente poco tiempo, una amiga de esas que no conocemos, ya que es fruto de las redes sociales, una amiga aproximadamente 20 años mayor que yo y de la misma edad que Mario. La verdad, quien nos iba a decir a nosotros que aquel viaje marcaría el resto de nuestra vida de una manera que todavía no éramos capaces de ver, una aventura a la que nos vimos abocados sin remedio, zambulléndonos de cabeza sin pensarlo dos veces y eso que estábamos avisados de los gustos y del tipo mujer que era nuestra amiga, aunque todo hay que decirlo, tampoco pusimos ningún reparo a que ocurriera.
    
    Lizbeth era una mujer como de las que ya no encuentras a su edad, un torbellino de mujer con las cosas muy claras, de esas que no preguntan, si algo le gusta, si algo le hace disfrutar, no la vas a parar ...
    ... hasta que lo consiga, una mujer realmente guapa que pasada la cuarentena esta igual de hermosa que hace años, parecía que la edad no pasaba por ella, un cuerpo de infarto, un reclamo para la vista de cualquier hombre, curvas de una diosa griega, pechos que llaman a adorarlos y entre dos muslos bien contorneados se escondía una vulva depilada y caliente, el día que la vimos en el aeropuerto de Houston, George Bush, tanto Mario como yo nos quedamos con la boca abierta, nos imaginábamos una mujer exuberante, pero no tanto, unos zapatos de tacón preciosos un pantalón vaquero que la quedaba a las mil maravillas realzando sus piernas y delatando un culo increíble, con una camiseta blanca de Pink Floyd, donde no podías dejar de fijarte en los dos senos tan hermosos que a buen seguro escondían aquel trozo de tela. Justo a su lado su hijo, un hombre de unos 24 años, dos años menos que yo que en esos momentos contaba los 26 años.
    
    Los primeros días pasaron entre risas y paseos, enseñándonos todo lo que podían ya que solo el estado de Texas es más grande que España, poco a poco fue cimentando una gran amistad entre los cuatro, nos íbamos abriendo cada vez más los unos a los otros, por las noches Mario y yo solíamos follar gran parte de la noche y escuchábamos los gemidos de Lizbeth como si ella también estuviera follando y nos preguntábamos con quién, aunque para ser sincera tampoco me importaba y no le dimos mayor importancia, a mí solo me importaba que Mario me hiciera temblar hasta la ...
«1234...7»