1. Yo soy la ex


    Fecha: 18/12/2024, Categorías: Bisexuales Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos

    ... el lateral de su muslo. Me encantaba el calor de su piel y ella no rehuía el roce.
    
    De hecho fue la primera que hizo un movimiento, algo muy típico, pero decidido. Pasó la mano por el respaldo del sofá y la deslizó por mi espalda desnuda. Enredó los dedos en los cordones que sujetaban el top, como jugando con ellos, pero en realidad acariciando mi piel.
    
    - Tienes una piel muy suave.
    
    Dejé la copa en la mesa que teníamos delante y aproveché para poner la mano en su muslo, como apoyándome. Su sonrisa lasciva y deslumbrante me animaba a seguir.
    
    - ¿Y tú?. ¿Has tenido alguna experiencia con una mujer?
    
    - Algo ha pasado. Pero con nadie tan fascinante como tú.
    
    - Vaya gracias. ¿Volvemos a los cumplidos?
    
    - No he parado en ningún momento en mi mente. Me has gustado mucho.
    
    Deslicé despacio la mano por su muslo cada vez mas arriba. Mientras ella dejaba de jugar con mi ropa y se dedicaba a tocar mi piel ya sin más disimulo. Llegadas a ese punto besarnos fue algo completamente natural.
    
    - Tú también me has dejado obnubilada.
    
    Nuestros rostros se acercaron despacio, no teníamos prisa. Con sensualidad, mirándonos a los ojos, hasta que los labios se juntaron. Empezamos a mordisquear los labios de la otra, sin poner los dientes. Solo jugando.
    
    La camarera llegó en ese momento a recoger los vasos vacíos. Nos miraba con una sonrisa lujuriosa.
    
    - Si alguna vez queréis hacer un trío avisadme, nenas. Estaría encantada de participar con vosotras.
    
    Y se retiró ...
    ... volviendo a enseñarnos su culito pétreo.
    
    Entre tanto mi mano había trepado por el firme muslo e Sandra hasta llegar a la dura nalga. Como en los demás sofás las parejas estaba haciendo lo mismo que nosotras nadie se fijó en mis maniobras.
    
    Ni en las suyas, pues dos de sus dedos habían alcanzado una de mis tetas y pellizcaban mi pezón con suavidad.
    
    Era imposible no rendirse a sus encantos. Era lo que le había pasado a mi ex. Estaba segura. Si Sandra se lo hubiera propuesto ni Iván ni yo hubiéramos tenido ni una opción.
    
    Los gemidos que soltábamos los ahogaba la boca de la otra y pronto lo hizo la lengua. Su minishort me cerraba el acceso a algunas partes de su bella anatomía pero aún así tenía piel de sobra para acariciar.
    
    En cambio la minifalda que a esas alturas ya no tapaba nada de mis muslos le dejaba vía libre para alcanzar mi tanga, más que húmedo a esas alturas. No sé cortó un pelo y cuando me di cuenta ella había deslizado un dedo por debajo de ese minúsculo trozo de tela.
    
    Con ese mínimo roce mis labios hambrientos de caricias se separaron dando acceso a mi interior. Ya que no podía tener la polla de Iván allí dentro sus dedos eran un sustituto maravilloso. Ahí si que se me escapó un jadeo que ni siquiera su lengua juguetona pudo ahogar.
    
    Mirando por encima de su hombro me di cuenta de que la pareja que teníamos detrás se había dado cuenta. Ella se limitó a girar la cabeza y sonreírme. Supongo que estaba deseando que su novio llegara al mismo sitio en su ...
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