1. Pigmalión


    Fecha: 22/12/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que decir. No le salían las palabras. Se quedó mirando a su vaso.
    
    -¿Estudias con María?
    
    -Sí, este año terminamos, por fin.
    
    -Bien, debéis ser buenas estudiantes, entonces.
    
    -Bueno...normalitas
    
    Empezaron a hablar. Más bien John empezó a preguntar y Alba a contestar. La voz de él era muy agradable. Y su conversación. Poco a poco Alba se fue sintiendo menos tensa.
    
    Hasta que él le dijo:
    
    -Ese vestido te queda muy bien.
    
    Los colores se le subieron a la cara. Se puso roja como un tomate y el saber que él lo estaba viendo más roja la ponía. Se fue a levantar para salir corriendo, pero él la cogió con fuerza de la muñeca y no la dejó.
    
    -Lo siento, perdóname. Te he avergonzado. Por favor, di que me perdonas.
    
    Alba sentía un nudo en la garganta. Y calor en las mejillas. Luchó y al final pudo hablar.
    
    -No te preocupes - dijo, mirando al suelo.
    
    Siguieron hablando, aunque Alba apenas le miraba. Poco a poco el rubor fue desapareciendo. Hasta que volvió con fuerza cuando él, tendiéndole una mano, le pidió bailar. Viendo su cara roja, le dijo.
    
    -No te preocupes, Alba. En la zona de baile la luz está muy atenuada y nadie se dará cuenta de...tu rubor. No sería un cumpleaños sin un baile.
    
    John se levantó. Alba se quedó sentada, aterrada. Nunca había bailado con un chico. Y menos con un tan guapo que John.
    
    -Venga, Alba. Sé que puedes - le dijo volviéndole a tender la mano.
    
    El corazón de la chica parecía que se iba a salir por su boca de lo fuerte que ...
    ... latía. Alba sentía su mano temblar cuando la levantó y se la dio a John. Él la ayudó a levantar y juntos fueron a la pista.
    
    En ese momento podrían haber pasado dos cosas. Todos los que la conocían podrían haberse sorprendido de verla llegar a la pista en manos de un atractivo joven para bailar. Si alguien hubiese hecho le menor comentario, Alba hubiese salido corriendo y entonces sí que jamás volvería a bailar con nadie.
    
    Pero nadie dijo nada. Nadie pareció percatarse. Siguieron hablando unos, bailando otros. María, la buena María, los había aleccionado bien. Les hizo prometer que esa noche dejarían a Alba en paz. Ninguna broma, ningún doble sentido. Simplemente que la ignorasen.
    
    Y eso hicieron. No prestaron atención a Alba. No miraron como John le ponía las dos manos de ella en sus caderas y como él ponía las suyas en las caderas de Alba.
    
    Y en el día de su 25 cumpleaños, Alba tuvo su primer baile con un chico. Un atractivo y guapísimo chico. Sólo María, desde lejos, los miraba.
    
    Alba casi se olvidó de todo. Sólo sentía como sus manos le quemaban al sentir los duros músculos de las caderas de John. Como él se mecía lentamente al son de la suave música, llevándola a ella. Torpe al principio, poco a poco fue aprendiendo a seguirlo. Poco a poco se fue atreviendo a mirarle a los ojos. Aquellos penetrantes ojos, apenas ahora visibles en la semioscuridad de la pista de baile.
    
    Después de ese vinieron más bailes. John se pegaba cada vez más a ella. Al final, sus cuerpos se ...
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