1. Pigmalión


    Fecha: 22/12/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mujer.
    
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    Alba se despertó por la mañana. Buscó a John, pero ya no estaba. Recordó la maravillosa noche que habían pasado juntos. Entonces se percató de que no le había pagado.
    
    Miró la hora. Cogió el teléfono y le llamó.
    
    -Hola John.
    
    -Hola Alba. ¿Cómo estás?
    
    -Bien. Anoche lo pasé muy bien.
    
    -Y yo.
    
    -Oye...este... No me acordé de...ya sabes. Darte lo tuyo.
    
    John entendió a qué se refería. Y se sintió mal. No quería su dinero. No por lo de anoche.
    
    -No quiero que me pagues por lo de ayer. No fue...trabajo.
    
    La voz se le entrecortó a Alba. Si no fue trabajo, ¿Qué fue?
    
    -¿Estás seguro?
    
    -Sí, lo estoy.
    
    -Vale. Pues...nos vemos, John.
    
    -Nos vemos, Alba.
    
    Colgó.
    
    No fue trabajo. Fueron sus palabras. Alba empezó a comerse el coco. ¿Cómo que no fue trabajo? ¿Fue solo por estar con ella? ¿Significaba eso, quizás, que ella le gustaba hasta el punto de querer salir con ella como mujer y no como clienta?
    
    En su casa, John también se preguntaba cosas. Lo tenía todo. Mujeres que lo buscaban para que las hiciera sentir especiales. Que pagaban por sus servicios. Y él pensaba sólo en una de ellas.
    
    Pensaba en Alba.
    
    Recordó algo que había leído de pequeño. Algo sobre la mitología griega. Recordó la historia de Pigmalión. El escultor que se había enamorado de la estatua que había esculpido, de tan hermosa que ...
    ... era. El escultor que se enamoró de su obra hasta tal punto que los dioses dieron vida a la estatua, Galatea.
    
    Su Galatea era Alba. Él había cogido a una mujer tímida, sin experiencia alguna, y la había convertido en lo que era ahora, una mujer maravillosa, una amante maravillosa.
    
    Él era como Pigmalión. Se había enamorado de su obra. Quería volver a verla, así que salió de su casa y condujo rápido hacia la casa de Alba.
    
    Ella abrió la puerta cuando oyó el timbre. Se miraron. John entró, la abrazó y la besó
    
    -Alba..yo....
    
    -¿Qué John...qué....?
    
    El corazón de la chica latía con fuerza. Esperaba oír las palabras, aunque no creía que él las diría. ¿Cómo iba a decirla? ¿Cómo iba un hombre como él a decirle algo así a una mujer cómo ella?
    
    -Alba...te quiero.
    
    -Oh...John....¿Lo dices de verdad?
    
    -Alba, te quiero. Jamás había sentido por ninguna mujer lo que siento por ti.
    
    Con lágrimas de felicidad en los ojos, Alba lo besó
    
    -John...dios mío. Creo que te amo desde el primer día que te conocí.
    
    Fueron al dormitorio e hicieron el amor. Se pasaron todo el día en la cama, abrazados el uno al otro.
    
    -¿Y ahora, John?
    
    -No lo sé, Alba. No lo sé. Sólo deseo estar contigo.
    
    Alba puso su cabeza sobre el pecho de su amado. Cerró los ojos y se durmió sonriendo.
    
    Cuando se despertó, a su lado, dormido, seguía el amor de su vida. 
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