Me cogió en su silla de ruedas
Fecha: 31/12/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: MiguelFederico, Fuente: CuentoRelatos
Fue en mi primer día en el gimnasio que lo conocí. Me dio una pena tremenda verlo en su silla de ruedas. Es un muchacho de 28 años, una cara hermosa, pelo castaño, ojos verdes, un torso increíblemente ancho, musculoso al igual que sus brazos. Ni una gota de grasa tenía. Y cuando nos cruzamos, me saludó con una sonrisa increíble.
Mientras hacía la entrada en calor no podía dejar de pensar la razón por la que estaba en esa silla. Me enoje conmigo misma porque no podía dejar de mirarlo. Y él se dio cuenta. Puse mi vista en un televisor y me concentre en mis ejercicios. Pasé a otra máquina, hice mi rutina y cuando me estaba por levantar escuche una voz:
-Hola, en esa máquina se hacen dos ejercicios, el que hiciste, y lo mismo pero bajando la barra por delante de tu cabeza, llevándola hasta la altura de tus hombros. Es para el pecho.
Era él que estaba a mi lado.
-Ah, hola. No me dijeron. Dije sorprendida.
-Hola, soy Germán, dueño del gimnasio. Ese ejercicio es muy bueno porque te fortalece los músculos y contra resta el efecto de la gravedad. Dijo con una sonrisa hermosa.
-Me llamo Gisella, y no soy tan tonta como para preguntarte por la ley de gravedad. Dije sonriendo.
-Dale, no te enfríes. Dijo.
Yo sabía a que se refería, pero su sonrisa pícara me hizo gracia. Hice el ejercicio y de lejos me miraba. El generoso tamaño de mis pechos, la musculosa de lycra, y el ejercicio hacían una conjunción perfecta para ser mirada. Cuando terminé la serie, le hice una ...
... seña y se acercó.
-Perdoname Germán, ¿Queres que haga un par de series más? Le pregunté sonriendo.
-No, con eso es suficiente… vamos a otra máquina. Dijo sonriendo y fuimos a una máquina para hacer piernas.
-Gise, ¿Te puedo llamar así? Me preguntó.
-Por supuesto.
-Esta máquina es muy buena para fortalecer la musculatura interior y exterior de las piernas. Con esta barra cambias el sentido. Así como está, tenes que hacer fuerza para separar las piernas, y corriendo la barra hacia adelante, para cerrarlas. No solo elimina la grasa que normalmente juntamos en la parte interna de las piernas, sino que tonifica todos los músculos, hasta aquellos que no vemos pero disfrutamos.
-Tampoco voy a preguntar, confío en vos…
-Primero, el de apertura, y luego el de cierre, como en la vida… Dijo y se fue con otro muchacho a darle indicaciones.
Me senté en la máquina y puse mis piernas en los apoyos. Cuando separé por completo mis piernas me imaginé el espectáculo que estarían disfrutando los que me vieran, porque mi leggings repetian la superficie de mi entrepierna, y casualmente ese día no me había puesto una toallita diaria.
Germán me miraba seguro, lo sentía, pero no lo podía enganchar mirándome. Termine la rutina y me acerque a él.
-¿Con que sigo?
-Sentadillas, solo con la barra sobre los hombros. No necesitas volumen en los músculos, solo tonificarlos y lograr resistencia, muchas repeticiones con poco peso. Dijo mirándome a los ojos.
-Entiendo.
Hice ...