Tras el primer concierto (II)
Fecha: 06/01/2025,
Categorías:
Gays
Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... obligó a subir las piernas, dejando su ano completamente accesible para su amigo. Héctor se levantó de la cama y acercándose al chico se fijó en su cara. Sus ojos verdes destacaban poderosamente, brillantes y cargados de deseo. Tenía los labios húmedos y las mejillas encendidas.
–No, no necesitas terminar, no aún. –La voz de Héctor era suave a pesar de su tono grave, engañosamente tranquila–. Primero necesitas ocuparte de que lo haga yo, con esto.
En ese momento le metió dos dedos en el ano. El chico soltó un gemido agudo, tensando todo su cuerpo para intentar controlarse. De haber podido pensar en otra cosa, cualquier cosa, todo hubiese sido más sencillo, peor no podía, su mente estaba demasiado enfocada en las sensaciones que experimentaba su cuerpo, en el estado de sometimiento al que le habían reducido con suma facilidad. Asintió con la cabeza, incapaz de articular palabra. Héctor se acercó más y con insultante facilidad le sostuvo en el aire, suspendiéndole sobre su pene. Víctor se sentó en la cama, contemplando el espectáculo con una sonrisa sardónica en la cara.
De un solo movimiento el gigante le dejó caer sobre su pene, que se abrió camino en su interior de una sola vez. Ante el grito del joven y lo tardío de la hora el músico se apresuró a levantarse de la cama y volver a taparle la boca con una de esa manaza. A modo de castigo por el escándalo tiró de una de las pinzas que aprisionaban sus pezones, que habían adquirido un tono purpúreo bastante notable. ...
... Sonriendo con maldad abrió la pinza. La sangre se precipitó al pezón que se inflamó de golpe y adquirió un brillante tono rojo oscuro. De no haber tenido la boca tapada el grito posiblemente se habría escuchado por todo el hotel.
–Sigue jugando con sus pezones, deberías ver como se le estrecha el culo cuando lo haces – se carcajeó Héctor, embistiéndole con más fuerza todavía.
Su longitud mucho mayor que la de su amigo llegaba a zonas que este aún no había tocado, y ayudado por el lubricante y el semen que tenía dentro se deslizaba con suma facilidad, de forma que Álvaro rebotaba, sostenido solo por los musculosos brazos del gigante que no parecía acusar el esfuerzo. Apretando más su manaza contra los labios del joven Víctor se inclinó y mordió el pezón recién liberado. Extremadamente sensible, acusó la presión de los dientes del músico. Su cuerpo se vio sacudido por escalofríos y deseó poder sujetarse a Héctor, quien seguía empujando y bombeando sin tregua, gimiendo directamente contra el oído del chico que no podía hacer nada salvo gemir. Su pene se frotaba contra el vientre del hombre que parecía ignorar la humedad caliente que manchaba su piel.
Clavando algo más los dientes Víctor retiró la otra pinza. El dolor fue exquisito, sublime, se concentró en su pezón e irradió en ondas calientes que se esparcieron por su pecho. Sus gritos quedaron ahogados contra la manaza que presionaba contra su boca, pero ni siquiera así se acallaron por completo. El bajista tiró las ...