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Gasolinera
Fecha: 12/01/2025, Categorías: Transexuales Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... encantada. Me las puso en la cara y las amasé con mis manos encantada de tener para mí ese par de operados pechos. Por fin tenía ese objeto de deseo en mis manos. Ella empezó a jadear casi de inmediato. Le gustaba lo que le estaba haciendo y a mi me encantaban sus pechos. Nunca había podido tener unas tetas así a mi alcance, para sobar y lamer y las disfruté a gusto. Por supuesto no eran los primeros pechos que acariciaba y besaba. Pero las de mis amigas eran bastante más reducidas o en otros casos cuando el tamaño era similar más caídas. Ahora me tocaba a mí dar algo mas, me puse de pie y me saqué el mono del todo exhibiéndome ante ella en mi provocativo conjunto de lencería. Allí de pie estaba casi desnuda sobre una vieja alfombra extendida sobre la tierra. Bajo las estrellas solo con mi mejor tanga y sujetador. Ella estaba mirándome con deseo. Me giré para que pudiera verme al completo. Sus ojos clavados en mi cuerpo me hacían sentir especial. En cuanto vio mi culo descubierto por el tanga le echó mano sobándolo y agarrándolo, lo que a mi me encanta. Es uno de mis puntos sensibles. Me di la vuelta frente a ella para besarla, inclinarme y buscar sus rojos labios con los míos. Para notar su lengua jugando con la mía y la mezcla de nuestras salivas. Recorría mis labios y los mordisqueaba con los suyos. Despacio me fui acercando aún más. Separando mis muslos para sentarme encima de los suyos. Mirándola a sus bonitos ojos castaños. Mis manos seguían pegadas a ...
... sus impresionantes tetas como con cianocrilato. Amasandolas y pellizcando sus pezones. Me fui acercando más a su cuerpo. Apretando mis pechos contra los suyos, sentada a caballito sobre sus muslos. Ella no soltó mis nalgas en ningún momento como si tuviera miedo de que se le fueran a escapar. Quería descubrir más de su cuerpo así que aproveché ese momento para deslizar una mano entre mis muslos y alcanzar su cintura. Desabroché la escasa falda que cubría su cadera. No hizo falta bajarla por sus muslos. Me limité a soltar dos corchetes y la prenda quedó abierta en el cojín del sofá bajo su culito. Tendría que comprarme una falda igual que esa. Su tanga era tan fino y trasparente como el mío pero apenas podía mantener a raya la sorpresa que la bella mujer ofrecía. Saltando de su lugar entre los muslos una bella polla que suavemente fue a apoyarse en mi pubis. Al notar ese roce sensual fue cuando por fin me di cuenta de lo era mi invitada. La sorpresa era más que agradable mientras nos besábamos con pasión y deseo deslicé una mano entre nuestros vientres para acariciarle el pene. Lo cogí en mi mano y deslice un dedo del glande a los huevos apreciando su tamaño y su dureza. Su piel suave y depilada recibía mis caricias y sus gemidos los ahogaba metiéndole la lengua hasta la garganta. Ella seguía comiéndome la boca mientras terminaba de desnudarme. Mi trasparente sujetador pronto le hizo compañía a su camiseta a un lado del vetusto mueble. Liberando mis pechos ...