Gonzalo (capítulo doce)
Fecha: 15/01/2025,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... pero si recién nos conocimos…, yo no estoy en contra.
- ¿Sabes, mi vida? Me gustas, me gustas físicamente y sexual, me gusta como mamas, me gusta ese culo tragón y caliente que tienes, y lo que más me gusta es…, es que lo gozas mucho. Se ve que lo disfrutas y yo también. Te lo digo en serio… ¿Vamos a intentarlo?
- ¡Sí mi amor!
Nos besamos en la ducha, con pasión. Me volví abriendo mis nalgas, él comprendió rápido lo que le pedía, me penetró suavemente.
- Ahora sí te digo que sí… quiero ser tu gente.
Como respuesta él me abrazó, me besó y me hizo el amor allí, yo contra la pared, y él disfrutando y dándome placer. Al día siguiente se levantó rápido, nos habíamos quedado dormidos de tanto singar por la noche, me dijo que me llamaría desde el trabajo. Así lo hizo, me llamó como a las dos horas.
- ¿Qué haces, mi vida?
- Nada… escucho música.
- Mira, dentro de media horita me doy una escapada…, quiero que estés esperándome encuero en la cama, preparado esperando a tu macho.
- ¡Bien… bien…!
- Ve al cuarto y en la gaveta del medio hay crema para que te pongas… -colgué y fui al dormitorio, abrí la gaveta de la cómoda y quedé algo sorprendido. Estaba llena de consoladores de todos los tamaños y colores. Estaba yo mirando aquello cuando sonó el teléfono de nuevo, cogí el que estaba en la mesilla de noche. Era Gonzalo, su voz sonaba más lasciva que antes.
- ¿Ya lo estás mirando?
- No sé… no sé…
- ¿Con cuál jugarías?
- No sé, hay muchos…
- ...
... Mira, coge la crema, ¿la ves?... úntate en el culo.
- Bien… ya la veo.
- Hazlo ahora, mi amor, hazlo… y dime que sientes.
Lo obedecí, me unté la crema en el ojete, por dentro y por fuera. Sentía cierto ardor y frescor.
- ¿Qué sientes, mi amor?
- ¿Qué tiene esta crema? Me arde…
- Ahora tienes que meterte algo para que no te arda más… ¿comprendes? Coge cualquiera, el que más te guste y métetelo… dale, quiero escuchar tu respiración cuando te lo metas.
Elegí uno más o menos normal, porque había algunos muy gruesos. Cuando me lo metí solté un suspiro.
- Así me gusta, mi vida, así… ahora acuéstate en la cama boca abajo y espera a tu macho. Ya voy, cuando entre me quito la ropa y te saco el consolador y te meto la mía directo.
Esas fueron sus órdenes y colgó, me quedé algo confundido. Me acosté como me dijo, me sentía algo raro porque tenía aquello dentro y lo más raro, me excitaba. Gonzalo llegó al rato, no demoró mucho, yo no me moví como me había pedido. Entró y vino a mí, acarició mis nalgas, mi culo lleno del consolador, me besó.
- ¡Vamos a gozar! Ya verás…
Me acariciaba, me besaba, abrió de nuevo la cómoda y sacó como unas sogas y empezó a atar mis manos a la cabecera, después mis piernas a la pielera, dejándome bien atado con las piernas abiertas, después me puso una venda en los ojos.
- ¡Oye, oye…!- protesté.
- ¡Confía en mí, mi amor, yo sólo te voy a hacer gozar! Quiero que sientas mucho, vas a sentir lo mejor.
Escuché que se alejó o ...