1. Gonzalo (capítulo doce)


    Fecha: 15/01/2025, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... ilusiones con una promesa motivada por la pasión de un momento. No creía n promesas y mucho menos en esas promesas de la cama. Pero en todo hay una excepción de la regla, Gonzalo era un tipo de ley y nos conocimos en el momento adecuado porque él estaba sólo en ese tiempo al igual que yo. Según me contó había tenido una relación que se había ido a España y por lo tanto él no había querido enredarse de nuevo porque no quería sufrir de nuevo una separación. Cuando salimos de la casa de los amigos de Gonzalo ya era de noche, me invitó a su casa, allá nos fuimos en su carro. Vivía en un apartamento bastante grande en el mismo Vedado, muy bien equipado para las miserias de toda la población.
    
    - ¡Mi amor, vas a tener que traer tus cosas para acá y ocuparte de la casa!
    
    - ¿Será cómodo que yo venga ya a vivir aquí?
    
    - Si te lo digo es porque quiero tenerte aquí en mi casa, en mi cama…
    
    Era muy amable y sensual, me propinaba tantas caricias como antes nadie lo había hecho. Pero parecía bien raro que un hombre así y con esas posibilidades estuviera solo sin pareja. Comimos algo que preparó, muy delicioso, nos recostamos a ver la televisión un rato hasta que comenzó con sus caricias. Me llevó al dormitorio en sus brazos, él podía porque era más alto que yo y más fuerte. Me desnudó entre besos y caricias, me pidió que me quedara boca abajo y abriendo mis nalgas, empezó a lamer mi ojete mientras decía cosas. Yo pensaba que me singaría, pero al rato abriendo una gaveta de la ...
    ... cómoda, sacó un consolador de color negro, bastante grande, largo y grueso, y empezó a tratar de meterlo en mi culo.
    
    - ¡Quédate quieto, te va a gustar!
    
    Yo no me sentía muy cómodo con aquella sorpresa, pero traté de someterme a lo que deseaba, sólo le pedí que usara alguna crema. Me hizo caso, me embarró todo de crema, que por el olor y ardor supuse que era lidocaína y ya así entró, no sin trabajo el consolador.
    
    - ¡Ya lo tienes clavado, nene, ahora gózalo mientras me chupas el pingón!
    
    Se acostó a mi lado poniendo su pinga en mi boca para que la chupara mientras él se entretenía con el consolador y mi ojete. Estuvimos un buen rato así, hasta que él decidió singarme. Sacó aquel consolador, que mirándolo bien era de los grandes, se puso encima de mí y me singó sin decir ni una palabra, en silencio. Cuando se vino, se quedó sobre mí.
    
    - ¡Quiero que seas mi gente!- me besó muchas veces.- Necesito tener pareja, tener mi gente para todo.
    
    - ¿De verdad lo dices?
    
    - ¡Mira cómo te tengo clavado! ¿Lo sientes?
    
    - ¡Sí, papo, sí, siento que me tienes bien clavado!
    
    - Me gusta cómo te me entregas, se ve que te gusta y lo disfrutas a lo grande… no quiero dejarte ir.
    
    Se levantó, fue a la ducha invitando a que lo siguiera, bajo la ducha entre caricias y besos, me hizo prometerle que sería su pareja.
    
    - Mi amor, soy un hombre que necesita tener su gente, estoy cansado de aventuras por ahí, de salir a buscar con quien singar. Necesito tener mi gente en mi casa…
    
    - Bien, ...
«1234...7»