1. Vacaciones con papá (4)


    Fecha: 15/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Karen_93, Fuente: CuentoRelatos

    Eran las 4 de la tarde, el aire acondicionado del coche de Juan se había estropeado y el calor era asfixiante, la tapicería de piel del coche, se me pegaba a las piernas y me hacía sudar. A pesar de todo el calor y la incomodidad que tenía, estaba relajada, pensando en mis cosas, mirando por la ventana, como el paisaje se volvía cada vez más solitario, hasta que llegamos a la cala.
    
    Como había dicho Juan, era una cala pequeña y muy bonita, uno de esos sitios, que nadie conoce y que cuando sabes de su existencia te sientes muy afortunado.
    
    Bajamos del coche y un aire abrasador, nos dio la bienvenida al lugar. No había absolutamente nadie en varios kilómetros a la redonda y solo pensaba en quitarme el pequeño vestido de tirantes, de color morado, que llevaba pegado a mi cuerpo.
    
    M: ¡Qué sitio tan bonito!
    
    P: Sí que lo es. Amigo tenías razón, por aquí no pasa nadie. Es un buen lugar para pasarlo bien los cuatro.
    
    J: Ya te dije que el sitio no te defraudaría. Ahora espero que no me defraudéis a mí.
    
    P: No te preocupes, en mi familia sabemos agradecer a la gente los favores, en especial mi hija. Nena, ¿te gusta el sitio?
    
    Y: Sí papi, es muy bonito.
    
    Mamá cogió a papá del brazo, tirando de él, para llegar cuanto antes a la orilla del mar, yo los seguí, riéndome de como mi madre corría como una niña pequeña. De repente noté una gran mano, justo al final de mi espalda, cuando me giré, vi la sonriente cara de Juan, le devolví la sonrisa y continuamos caminando, ...
    ... mientras su mano continuaba bajando hasta llegar a mi culo.
    
    Juan era un hombre alto y fuerte, con buen cuerpo. Por su moreno se notaba que pasaba muchas horas expuesto al sol. Tenía el pelo corto y completamente negro, al igual que sus grandes ojos, los cuales no apartaba de mí. La verdad, es que era el típico hombre maduro, que parecía tener éxito con las mujeres, pero por alguna razón, veía algo en él, que no me terminaba de gustar.
    
    Cuando llegamos cerca del mar, colocamos nuestras toallas y por fin pude quitarme el vestido que tan pegado tenía. Todos me miraban con expectación, al principio no entendía nada, hasta que me di cuenta de mi bikini.
    
    Me lo habían comprado papá y mamá esa mañana, estaba hecho con una de esas telas brillantes de color plata, mamá decía que era de mi talla, pero la verdad, es que no me tapaba mucho. Afortunadamente, estábamos solos en la playa, si llegamos a estar con más gente, hubiera sido imposible pasar desapercibida y a mucha gente no creo que le hubiera gustado.
    
    M: Nena, ¡estás muy preciosa!
    
    Y: Gracias mamá.
    
    P: Me la acabas de poner dura solo con mirarte.
    
    J: No eres el único.
    
    M: Vaya dos, solo pensáis en follar.
    
    P: Seguro que tú has mojado las bragas cuando la has visto.
    
    M: Sí, pero he sido más educada que tú.
    
    Y: Vaya familia de degenerados que somos.
    
    M: Por cierto, cariño, date protector solar, no te vayas a quemar. Dile a Juan que te ayude.
    
    J: Yo encantado.
    
    Juan cogió el protector y como si fuera una ...
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