Paredes de pladur
Fecha: 15/01/2025,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos
... corriese: "Oohh, Iván, oohh".
Empecé a salir con Noe. En fin; ella, a causa de sus estudios, no tenía mucho tiempo libre. Tampoco es que yo tuviese demasiado, pues mi trabajo como redactor en un periódico local me tenía, por gusto mío, absorbido. Pero lo llevábamos bien. Es cierto, lo había olvidado: su amiga, la que le limpiaba; ¿qué ocurrió con ella? Bien, pues la conocí un día que toqué en casa de Noe muy temprano: yo no había dormido a causa de una columna que debía entregar en el periódico antes de que amaneciese, ya que querían abrir conmigo en las redes sociales: el primer post del día me lo habían reservado a mí, y no podía fallar.
Su amiga me abrió por el portero electrónico sin ni siquiera preguntar quién era: supuse que era su amiga por eso mismo, porque ni habló por el micrófono. Subí al piso de Noe y vi que la puerta de su casa ya estaba abierta; así que entré. Ahí me recibió Laura, su amiga. Laura iba vestida..., bueno, o desvestida, sólo con unas bragas. "Cierra la puerta", me ordenó. Cerré. Laura era una mujer madura, calculé que entrada en la cuarentena, de figura despampanante: su cintura era fina; sus hombros, suaves; sus tetas , firmes y redondas; su pubis, acogedor y sus muslos eran carnosos. "Hola, me llamo Laura, ¿tú eres el nuevo novio de mi niña?". Qué sorpresa. Resulta que Noe me mintió: ¡la amiga que le limpiaba a cambio de un poco de cama era su madre! "Hola, me llamo Iván..., sí, yo soy", respondí. Lo demás lo dejo a vuestra imaginación. ...
... Únicamente diré que el polvo fue de aúpa. Eso sí, me prometió que no volvería más a casa de Noe porque se iba de viaje y no pensaba volver: un extranjero con dinero que había conocido por Internet la reclamaba para sí. Qué suerte.
"Oh, ah, Iván, oh, ah", sonaban mis gemidos mientras Iván me follaba. "Uf, uf, Noe, Noe, me corro, me-co-rróóóhhh". Una vez aprobadas las oposiciones me casé con Iván. Hogar dulce hogar. Iván seguía escribiendo en el periódico; yo iba y venía a la oficina de Correos que me habían asignado. Por supuesto, compramos un pisito céntrico. Pequeño pero muy acogedor: suficiente para los dos. Solamente había una pega: debido a que nuestros vecinos eran turistas que estaban de paso, las noches de desmadre estaban a la orden del día. A veces Iván y yo cuando volvíamos de cenar fuera o del cine, encontrábamos en el portal a alguna pareja besándose; incluso follando, ella apoyada la espalda en la pared con la falda levantada, él con los pantalones bajados y embistiendo. Bueno, no nos importaba demasiado con tal de que nos dejaran en paz.
Una noche que venía de echar unas horas extra en el periódico por gusto mío, entré en el portal de mi nueva casa y cuál fue mi sorpresa al encontrarme de frente a una pareja follando en la escalera junto al ascensor. Él estaba sentado en un escalón y ella estaba sobre él con las rodillas flexionadas y culeando; ella enseñaba un culo inmenso y redondo bajo los pliegues de su falda levantada. Miré unos segundos y me empalmé. Me ...