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Con el culo roto
Fecha: 21/01/2025, Categorías: Gays Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos
... sudor, me lo metí en la boca, noté como se hinchaba llenándomela mientras jugaba con sus huevos. - Sí maricón sí. Aquél viejo repulsivo, la sordidez de la situación en la que me encontraba me estaban poniendo muy cachondo, comencé a practicarle una felación tragándome su polla entera mientras él me agarraba por el pelo. - Ooohhh sí maricón, que rico. - Slurp slurp - los pelos de su pubis me hacían cosquillas en la nariz. - Siii, trágatela maricón, ooh. Comenzó a mover las caderas follándome la boca, aquello ya duraba demasiado, me dolía la mandíbula y aquel viejo no se corría, me la saqué. - No pares joder. - La quiero en mi culo. Saqué un condón del bolsillo de la sudadera y se lo puse, me levanté, me bajé el chándal, apoye mis manos en el eucalipto y le ofrecí mi culo, el me lo acarició, pasó un dedo por él hasta llegar a mi esfínter, gracias al lubricante lo introdujo con facilidad. - Mmmmm. - Vienes con el culito preparado. – movía el dedo dilatándome y metió otro. - Para que me lo follen. - Eres un maricón muy guapo y estás muy bueno, que suerte he tenido. Doblé la espalda y flexioné las rodillas sacando aún más el culo para que estuviera a su altura, el viejo retiró los dedos, se colocó detrás de mí, me agarró por las caderas y de un golpe me metió su polla hasta los cojones. - Mmmm. - Sí maricón. - Muévete cabrón. Comenzó a encularme, daba con fuerza, tenía los huevos tan colgónes que los sentía golpear los ...
... míos. - Ay que rico maricón, ay que culo. - Sí puto cabrón, follame, follameee. - Sí, siii. - Dame, dameee. - Sí, ay maricón que me corro, ay. - Ni se te ocurra puto cabrón de mierda. - Me corro ooohhh. Apretó, metió su polla todo lo que daba y se corrió, en cuanto cesó de eyacular la sacó, me dio un cachete en la nalga, se quitó el preservativo, lo tiró al suelo y se subió el calzoncillo y los pantalones. - Vaya polvo – me miraba sonriendo muy satisfecho consigo mismo. - ¿Y ya está? - El polvo me ha dejado muerto. Se dio la vuelta y se marchó por donde habíamos venido, me subí el chándal y caminé detrás, me dieron ganas de estrangularlo, aquél puto viejo me había dejado frustrado y caliente perdido. Al salir de entre los árboles nos encontramos a dos individuos, de unos cuarenta años, uno de ellos enorme, cabeza rapada, barba muy negra y espesa, pecho de toro, manos grandes, un verdadero gorila, el otro era algo más bajo pero igual de intimidante. - ¡Vaya vaya viejo! ¿De dónde has sacado esta muñequita? – el gorila me miraba, hablaba con acento extranjero. - Se la habrá encontrado por ahí Atanase – el otro era sevillano sin duda. - ¿Crees que nos la prestará Negro? – el español era de piel oscura, agitanado, melena negra, barba de varios días, ojos oscuros y bastante guapo. - No sé Atanase – se acercó a mí y me quitó la capucha. – es muy guapa y a lo mejor la quiere solo para él. - ¡Venga chavales! No queremos problemas. – me dio ...