Nuestro primer e inesperado trío (parte 1)
Fecha: 21/01/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos
Este relato tiene mucho de realidad, aderezado con detalles ficticios que ojalá hubieran ocurrido. Pasó antes de la pandemia y, como es de esperarse, los nombres y lugares se cambian para para proteger identidades.
Cuando por fin nos fue posible a mi novia (ahora mi esposa) y a mí, vivir juntos, nuestra vida sexual, ya de por sí emocionante, mejoró increíblemente. Pero antes, haré la necesaria presentación: yo soy Marco, tengo 26 años, mido 1.87, moreno claro, cabello negro, ojos cafés oscuro y con un cuerpo que no es atlético pero que no llega al sobrepeso, para deleite de mi novia desde niño tengo el miembro circuncidado, algo poco usual en nuestro país. Ella es Ana, tiene 28 años, es bajita (1.55m), piel canela, ojos cafés oscuro, cabello castaño ondulado, caderas generosas y pechos aún más generosos. Ella tampoco es atlética, bien dicen que el amor engorda y al ser novios desde hace muchos años el amor nos ha hecho subir un poquito de peso. Gracias al cielo ella es una gordibuena. Somos de la CDMX. Somos una pareja muy sólida, nos conocimos antes de la universidad y perdimos la virginidad juntos, nunca habíamos estado con otra persona.
Desde que éramos simples novios, explorando su sexualidad, tuve cada vez fantasías más y más alocadas que jamás me atreví a confesar. Ella es de una familia tradicional y nunca le faltaría el respeto a su pareja, pero en los momentos más intensos del sexo, cuando el orgasmo se acercaba y ella perdía toda noción del tiempo o del ...
... espacio hacía un movimiento inconsciente que alimentaba mi principal fantasía (el trío) y me daba a entender que ella, muy en sus adentros, también lo deseaba: estando sobre mí, cabalgándome, su cabello sobre su espalda y sus hermosos pechos brincando libres, ya totalmente fuera de sí, tomaba mi mano y metía mi dedo medio a su boca, simulando otro pene, chupándolo hasta llegar ambos al orgasmo.
Además, si el tema salía levemente a flote (sea porque lo trataran en la televisión, porque saliera en el porno que nos gustaba ver juntos, porque nos enterábamos de que algún conocido había hecho o fantaseaba con un trío) o sin necesidad de eso, siempre me insistía que en nuestra relación “los tríos no, eh”. Pero ella era la única que mencionaba esas prácticas, algo raro.
En aquel entonces ese tipo de experiencias las consultaba con mi grupo de amigas y ellas, que casualmente tenían la misma fantasía que yo, compartían mi opinión: ella también lo fantaseaba, pero jamás se atrevería a decirlo. Siendo así, mi misión estaba clara: sacarla de su capullo y explorar sin miedos nuestras fantasías.
Pero para ello era necesaria cierta seguridad. Si yo le confesaba a Ana mi fantasía, de verla jugar con dos miembros, uno de ellos el mío, había altas probabilidades de que los miedos y prejuicios ganaran y yo la perdiera. Eso no podía pasar, así que era necesario un mejor plan y mucha, mucha paciencia.
De modo que, el primer paso era darle a ella una certeza: ella era y es el amor de mi ...