1. Nuestro primer e inesperado trío (parte 1)


    Fecha: 21/01/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos

    ... en la espalda
    
    - Ah… si muchas gracias – dijo él en un tono nervioso. Lo hizo con delicadeza, era más una caricia que el acto mecánico de poner bloqueador.
    
    - Listo, ya quedaste. Espera unos minutos antes de meterte.
    
    Ya en el agua, a Fernando le costaba apartar o disimular su mirada sobre el cuerpo de Ana, pero a ella no le importaba, nadaba, se sumergía y flotaba con naturalidad. Pasados unos minutos, comenzamos a jugar. Primero el clásico “marco-polo”. Las cosas comenzaban a salirse del juego convencional. Cuando era mi turno siempre la buscaba a ella, tengo buen oído así que no me era difícil encontrarla, atrapándola siempre y terminando la partida con un largo y profundo beso y un pellizco en su trasero, no importaba que él nos mirara. Cuando era turno de ella, nos cazaba a ambos, si me atrapaba a mí se me trepaba de un brinco para darme un beso y, de manera discreta, apretujar sus senos contra mi cara y cuello. Si lo atrapaba a él, se le trepaba a su espalda y apretujaba su cuerpo contra él, exclamando: ¡Te atrapé!
    
    Cuando era su turno, trataba de disimular y me buscaba, las pocas veces que me lograba atrapar me sujetaba del brazo y cantaba victoria, pero la mayoría de las veces iba en busca de ella, que no ponía mucha resistencia y, cuando la lograba apresar, la abrazaba de lado, poniendo uno de sus brazos sobre su espalda y el otro sobre su cuello al principio, sobre sus pechos después, y después de un apretón la dejaba ir.
    
    Después de una hora de jugar así ...
    ... yo ya estaba erecto y podía ver que Ana también estaba un poco excitada, pues sus pezones se habían puesto duros y se notaba en su traje de baño. Entonces cambiamos de juego y las cosas se pusieron más interesantes.
    
    Comenzamos a jugar luchitas acuáticas, pero como éramos 3 solamente, las reglas tuvieron que cambiar. Ana se subiría en los hombros de alguno de los dos y juntos debían llegar de un extremo de la piscina al otro mientras el tercero trataba de derribarlos.
    
    En el primer turno Ana se subió en mis hombros y Fernando luchaba como podía por derribarla. Entre risas, salpicadas de agua, cosquillas y ligeros forcejeos Ana cayó al agua. Para el segundo turno, ahora ella en los hombros de Fernando, no me fue difícil derribarlos, considerando mi tamaño. Quizá abusé un poco de mi fuerza porque, al emerger Ana del agua, parte de su traje de baño se había roto, cosa de 2 centímetros de costura rota sobre su costado, debajo de la axila y a la altura de su seno derecho.
    
    Seguramente eso provocó que, en el siguiente turno, al ser derribados ambos por la rapidez de Fernando, Ana saliera del agua y, al dirigirse a mi para besarnos y abrazarnos por haber perdido el turno, fuera evidente que la rotura sobre su traje se había ampliado, dejando ver su seno derecho, que ahora estaba libre y bellamente excitado. Ambos estallamos en risas y en un beso apasionado y muy profundo. Ana se giró hacia Fernando:
    
    - Mira lo que has provocado, torpe – dijo en tono alegre y que aparentaba ...
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