1. Samantha: Corrupción y perversión de una casada (lll) (2/2)


    Fecha: 22/01/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos

    ... no lo iba a hallar, pensaba un Goyo impotente. Sin duda alguna se quería coger a esa ama de casa. Pero no era pendejo y sabía que ningún palo vale más que un trabajo y menos con su edad, así que no lo quedaba de otra que tragar bilis y esperar ahí afuera hasta que salieran.
    
    Los minutos continuaban pasando y la poca paciencia que le quedaba al esquelético hombre se comenzaba a ir. Intentaba por momentos ser optimista e imaginar que adentro estaban hablando sobre temas de la junta o tal vez al final la mujer se dio cuenta que a su hijo se lo madrearon y estaba a dentro de la oficina regañado al marrano ese por ser tan incompetente. Mientras pensaba en esa última versión, comenzaba a reírse para el mismo.
    
    -Al final no se ve que sea tan puta esa vieja y menos la creo que tenga el valor de meterse con tremendo marrano jejeje- Goyo se decía, intentando tranquilizarse.
    
    Pero aun con eso que lo hacía sentir más calmado, su curiosidad le pedía saber que estaba ocurriendo adentro. Así que fingiendo que continuaba barriendo, se fue acercando a la puerta e intentar asomarse por las ventanas que se encontraban a los lados de esta, pero para su mala suerte, las persianas estaban abajo lo cual no dejaba ver absolutamente nada. Luego intento pegar lo más que pudo su sucia y peluda oreja a la puerta para tratar de escuchar algo, pero solo escuchaba murmullos. Lo que lo dejo medianamente tranquilo, ya que eso le daba a entender que si estaban hablando. Pero aun con eso, la curiosidad ...
    ... seguía pidiéndole ver lo que hacían adentro. Fugazmente una idea cruzo su cabeza, pero rechazo en un principio, pero entre más le daba vueltas, más le encontraba sentido, aunque fuera complicada llevarla a cabo.
    
    -¿Y si me meto por los arbustos de atrás?- la idea si bien en el papel no era mala ya que uno podría pensar que eran simples arbustos, en la práctica era todo lo contrario. Y es que eran arbustos grandes que el cómo conserje jamás se había puesto a cortar por flojo y que después Rigo se lo había pedido ya que le servían de privacidad mientras se ponía a ver alguna película o video porno. Por eso sabía que jamás cerraba las persianas de ese ventanal, lo que le permitirá ver hacia dentro. Incluso entre los arbustos habían crecido unos rosales sin saber quién lo había hecho, lo que haría su misión más dolorosa ya que sin duda alguna se encontraría con más de una espina escondida entre los arbustos.
    
    En otro momento hubiera rechazo la idea y tan solo se hubiera ido a su bodega a descansar un rato. Pero en esta ocasión no, se trataba de su futura hembra, pensaba él. Así que, dejando su escoba, dio marcha hacia atrás de la oficina del director. Cuando por fin llego, se dio cuenta que sería más complicado de lo que había pensado, por las lluvias de la temporada, todo estaba frondoso, incluso esos malditos rosales, pensaba resignado. Pero dejando de lamentarse, comenzó a adentrarse en aquellos selváticos territorios, sentía como algunas espinas se enterraban en sus manos ...
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