1. El sereno (partes 1 y 2)


    Fecha: 23/01/2025, Categorías: Confesiones Autor: Leo211, Fuente: CuentoRelatos

    ... infidelidad. Mi metro sesenta estaba siendo intimidado por la sombra masculina que se despojó de la remera a los pies del colchón, fue deliciosamente delicado el primer beso tembloroso. Mi cuerpo se aferró con desesperación a él, ese cuerpo de macho peludo y ancho que destinguí mejor antes de que cayeran mis lentes y desprovista de la musculosa me agache a recogerlos para encontrar a medio camino aquel mástil erecto y puntiagudo aún asfixiado en su jogging del cual liberé para darme cuenta de la magnitud del problema.
    
    -Dios, mío! Exclamó el hombre desde arriba en una mezcla de dolor y satisfacción.
    
    -Chupalo por favor. Rogó susurrando roncamente. Y juro que jamás había probado algo tan duro como inmenso.
    
    Me llené la boca de carne, le lamí a lo largo y lo ancho hasta que ya no soportó aquel delirante martirio y su gran cuerpo se desplomó de placer. El viejo cayó y se desnudo por completo y yo me subí a él sin las bragas que flameba en su puño como un trofeo de guerra. Apoyé el glande en la cueva empapada y grité... y grité... Y grité...
    
    Posesa de aquel miembro venoso cabalgue en la madrugada como una loca delirante. El viejo cojudo me estaba dando una clase magistral en aquel desierto polvorirento. Nunca me sentí tan mujer, sintiéndome su hembra toda la madrugada. Sergio se vino tres veces yo muchas más. Mi marido nunca se enteró, casi 2 años después nos separamos. Sergio trabajó de sereno hasta el final de la obra unos dos o tres meses. Y les puedo asegurar que ...
    ... mis noches más infelices era cuando mi esposo no trabajaba en ese turno.
    
    Parte 2
    
    Laura vivía frente a la casa en construcción que me tocaba costudiar cuando caía el sol. Esto ocurrió antes del 2005 pero no logro ubicarlo bien en el calendario, sé que fue en verano. Ella Tendría unos treinta años y yo deambulaba los 60. Siempre tuvimos un diálogo escueto pero respetuoso, me gustaba. A quien no? Una mujer linda de facciones delicadas, cabello corto rubia, ojos azules enfundados en gafas de marco rojo. Piernas bien torneadas, colita redonda, pechos pequeños y firmes a juzgar por sus deliciosos saltitos al caminar. En invierno casi no se veía pero en verano era imposible que pasara desapercibida. El esposo era un desabrido, un cara de piedra de su edad un tal Mateo o algo así. Trabajaba en una hostería y muchas veces lo hacía durante la noche. Lo sabía porque le veía salir 21 y 10.
    
    La esposa lo despedía con un pico y varias veces hablábamos después de su partida. Era una vecina bien y en aquel verano en particular comencé a percatarme que algo no andaba bien entre ellos. Estaba apagada, no sé, la note desconforme por ciertas palabras que dejó caer en más de una ocasión. Los muchachos de la obra habían desarmado un andamio y parte del mismo yacía en el patio y yo lo utizaba para sentarme a tomar mate.
    
    Una noche como tantas calurosa la vi fumando un cigarrillo afuera y me adelante a ofrecerle unos mates desde mi asiento. No fue sorpresa que se sentará junto a mi y sin ...