Mamita perversa
Fecha: 25/01/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi marido me dejó en la puerta del hotel con las dos maletas de mano. Yo entré, fui al registro, firmé, dije que mi esposo llegaría a la tarde, me dieron la llave y pedí una carpa. Me adjudicaron una y subí a la habitación. Era grande , con un enorme ventanal por el que se veía el Atlántico, una gozada. Abrí las maletas y coloqué la ropa en los armarios. Volví a mirar por la ventana, el mar me esperaba , hacía calor , pero había poca gente. Estaba feliz: un buen polvo mañanero, un vuelo rápido y estaba en la playa con tiempo para bañarme hasta que mi marido volviera a buscarme.
Me desnudé, y me puse un bikini negro que no dejaba nada a la imaginación. Me tapaba los pezones y el triángulo de la concha. Las nalgas al aire. Agarré el ebook y las antiparras, me cubrí con una remera grande que me llegaba a medio muslo, las chanclas, la cartera para la llave y la crema y bajé al balneario del hotel.
Me dieron un toallón , lo extendí en la reposera, me hice una coleta, me quedé en bikini y fui a la orilla. Necesitaba bañarme en el mar. Me puse las antiparras, una carrera y me zambullí. El frío del agua me calentó sexualmente, siempre me pasa que el mar me libera, me hace sentir más viva y me añade un punto de excitación.
Nadé, hice el delfín, jugué. Había poca gente dentro del agua. Por eso me extrañó el acercamiento de un joven a donde yo nadaba. Me chocó.
- Perdone...es que
- Te has echado encima mío...¿qué te pasa?
- Me ha despistado su belleza, me ha atraído ...
... como un imán.
Me paré, el agua me llegaba justo bajo las tetas, que tenían los pezones duros. Y me apeteció. Era un chico guapo, fuerte, alto.
- ¿ Cómo te llamas?
- Jonathan. Es muy atractiva.
- Podría ser tu madre.¿ Cuantos años tenés?
- 19. Eso de poder ser mi madre la hace mas apetecible.
Era un descarado, me di cuenta que me apetecía divertirme con él. Me salió mi vena dominante , de maestra perversa. Me arrimé y mi mano buscó su verga bajo el agua. Estaba como una piedra . Sonreí, sus ojos expresaron asombro y lujuria.
- Estate quieto- le ordené.
Y le saqué la polla de la malla.
- ¿ Me va a hacer una paja? Vos sos una mama muy puta.
- Sí, bebé, muy puta. Vos déjate hacer.
Me di cuenta que estaba circunciso. Y me dio un subidón. Me recordó mi primer novio, que también estaba sin el prepucio, y como, con él, aprendí el arte de hacer pajas a los hombres. Pensé que el agua estaba fría pero no bajaba el tamaño de la tranca del joven. Empecé a menearla, bien empuñada, adelante- atrás.
- ¡Mamita! ...¡ Qué gusto!...¡ Que perra eres!.
- Verdad... qué te gusta...mi niño.
Sabía que a su edad no podía durar mucho, así que aceleré hasta que soltó un ¡OOOOOHHHH! Y escupió su leche, que quedó flotando en el agua.
Me giré y nadé rápido hasta salir y volver al balneario del hotel. Entré en el recinto antes de que el joven se repusiera de la emoción de la paja de “su mamita”. Le había usado, me había dado un gusto pero ahora me tocaba descansar y ...