1. Mamita perversa


    Fecha: 25/01/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cómoda. Me gustaba lo que leía pero me quedé dormida. Me despertó el celular.
    
    Tenía el coño empapado y los pezones de punta, había estado soñando con mi primer novio y cómo le pajeaba una y otra vez en cuanto teníamos ocasión. ¡ Menudo calentón de sueño! Volví a la realidad, mi marido me decía que volvía en una media hora.
    
    Me abroché el bikini, me puse la camisola recogí los bártulos y subí a la habitación. En el baño, me desnudé y me metí bajo la ducha para quitarme la crema de protección solar. El agua templada me relajó un poco. Salí, me puse crema hidratante post solar . La caricia de mis manos al extenderla por mi cuerpo me volvió a excitar. Decidí esperar a mi marido desnuda mientras se absorbía por mi piel que ardía.
    
    Me miré en el espejo. Pese a tomar el sol desnuda en casa, se me notaba el distinto tono de color en cuatro pequeños triángulos: los dos pezones, el pubis y justo sobre las nalgas, entre los hoyuelos, que se cubre con la parte trasera de bikini por pequeño que sea. Me acaricié, aprovechando la crema, la raja del culo y embadurné bien embadurnada la puerta oscura. Jugué a meterme un par de dedos.
    
    Estaba deseosa de mi macho. Y llegó. Toco en la puerta de la habitación. Le abrí como Dios me trajo al mundo. Me miró , sonrió y se quitó el saco. Yo me abalance para desabrochar su camisa, apenas quedó su pecho desnudo, lo besé, lo lamí , le mordí. Él no me tocaba, se estaba soltando el cinturón y desabrochándose los pantalones. Fui yo la que tiré de ...
    ... ellos para que cayeran a sus pies, liberando su polla que quedó tiesa pegando contra mi piel. Entonces me besó, sus manos me sobaron ansiosas.
    
    - ¡Ponte en cuatro!- me ordenó.
    
    Obedecí feliz, me veía en el espejo, se arrodilló entre mis piernas. Fui yo la que le dije lo que quería:
    
    - Métela por el culo, lo tengo bien engrasado.
    
    - Tus deseos son ordenes...gatita.
    
    Apoyó su cipote en el ojete , pareció que dudaba, yo me moví para que casi entrara y entonces fue cuando me rompió el orto con una estocada de verga que se me clavó hasta el fondo. Di un respingo al sentirla toda dentro. Me agarró de las caderas y empezó a moverse en un rápido mete y saca. Y yo gemí como perra en celo.
    
    - ¡ Así..asiiii...dame...dameee!- susurraba entregada.
    
    Y me dio la primera nalgada, no fuerte, sí pesada, como un azote a una yegua para la carrera. Y respondí, me moví adelante y atrás para que la polla se me clavara hasta sentir sus huevos pegando contra mi . Estaba desenfrenada. Iba camino del orgasmo, solo con la enculada de mi macho. Él se dio cuenta. Me daba azotitos para animarme a lanzarme al abismo del placer. Se había quedado quieto, era yo la que llevaba el ritmo y la profundidad de los ataques.
    
    - ¡Ya estoy llegando!- le avisé. Sé que le gusta que le diga cuando estoy a punto de venirme, para poder controlar cuando se corre él.
    
    Dos nalgadas un poco más fuertes me llevaron a caer en la catarata del orgasmo. Mientras me deslizaba como un torrente salvaje, él se movió ...