1. Mi esposa, hermosa, puta e insaciable


    Fecha: 12/02/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Rod77, Fuente: CuentoRelatos

    ... levantarle el vestido y dejarle la cola al aire. Eso me volvía loco y sabía que a ella también. Le saqué la tanga de la cola y la corrí hacia un costado. Abrí sus nalgas con las dos manos y apoyé el dedo del medio en su culito caliente. Sentí como se dilataba, feliz, como esperando acción. A ese culito le encantaba que juguetearan con él.
    
    En un instante Carla se puso en cuclillas, sacó el pito de mi pantalón y se lo introdujo en la boca. Chupaba como si fuera el fin del mundo mientras se frotaba la vulva.
    
    De repente de reojo noté que unos metros más allá una braza brillaba en la oscuridad. Me sobresalté, había alguien. Entrecerré los ojos y agudicé la vista hasta percibir dos tipos fumando en las sombras. Estaba oscuro pero se notaba que nos estaban mirando en silencio.
    
    Carla chupaba tan delicioso que yo estaba cerca del nirvana y, re caliente, no me importó que nos estuvieran mirando y tampoco le avisé a ella. Una vez más, mi esposa estaba en cuclillas con el culo al aire chupando verga delante de desconocidos. ¡Mi fantasía se estaba cumpliendo otra vez! Pero no sé si habrá sido esa noche calurosa y estrellada en el Mediterráneo, o la locura de la mota... sumado a mi pene duro oportunamente apoyado en su culo, lo que la desató. Quién sabe. Lo cierto es que esa noche Carla parecía poseída.
    
    Mientras ella me la seguía chupando “obnubilada de verga”, uno de los dos tipos se acercó cauteloso y se paró a unos 2 metros más o menos. Era un joven flaco y despeinado con ...
    ... cara de sinvergüenza, me di cuenta que era el mesero. Con los ojos abiertos y enormes como los de un búho, desenfundó el pito y sin miramientos comenzó a pajearse mientras mi esposa me chupaba la pija como endemoniada. Yo lo miré y no le dije nada, él ni me miró. Tenía la mirada clavada en Carla, como si estuviera en trance mientras se la jalaba como un sicótico. Su miembro era grande, pero se veía aún más grande por su cuerpo flaco y espigado. De repente mi esposa abrió los ojos, sorprendida miró al chico y sonrió como pudo sin sacarse la verga de la boca.
    
    Como si la mirada de Carla lo hubiera sacado de su trance, el joven, caliente como el infierno mismo, no pudo contenerse y en un milisegundo un chorro abundante de leche brotó de su glande, bañando de semen la cara de mi mujer. Los chorros de leche estallaban sucesivamente en la cara de Carla y le chorreaban mientras ella seguía mamando verga. Como buen muchacho, tenía leche de sobra y seguía eyaculando. Se acercó más, y apuntando con el falo hacia abajo comenzó a enlecharle las nalgas. Parecía una canilla de leche, no paraba de salir.
    
    Mi esposa, re caliente, me succionaba el falo más y más fuerte mientras sentía como le chorreaba la leche por las nalgas. Como si se tratara de un récord mundial, el chico seguía lanzando leche, y volvió a apuntar con su explosivo falo a la cara de ella. Redoblando la descarga sobre su carita de puta extasiada, sin dejar un espacio sin cubrir de leche. Carla sacó mi verga de su boca y ...
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