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Phuc de Vietnam (II)
Fecha: 14/02/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos
... en mi polla. Mi mano izquierda fue a acariciar delicadamente su cara mientras mi mano derecha bajó a la cintura para acercarla a mi cuidadosamente. Deslicé entonces mi mano hacia abajo, la pasé por encima del panties hasta llegar a la parte inferior de su culo que estaba descubierta. Lo apreté ligeramente lo que hizo sonreír a Phuc mientras nos besábamos con cariño. Sentí una unión espiritual única con ella en ese momento. Su mano que apretaba cuidadosamente mi brazo se deslizó hacia abajo para llegar a mi mano que se situaba en su culo. La cogió, se separó de mí, dejó de besarme y pajearme y dándose la vuelta se dirigió hacia su habitación tirando de mi brazo para arrastrarme detrás de ella. Cuando llegó a su cama me soltó y se tumbó boca arriba esbozando una sonrisa pícara en su boca. Esa sonrisa que dejaba ver sus colmillos. Yo, completamente empalmado ya, me situé sobre ella, la di un beso y empecé a rodar mis labios sobre su cuerpo hasta llegar a las tetas. Chupé los pezones puntiagudos mientras con una mano le bajaba los panties hasta los muslos. Mientras seguía chupando sus tetas, me recosté sobre ella apoyándome con un antebrazo en la cama y con la otra mano empecé a jugar con su coño y clítoris. Phuc cerró los ojos de placer mientras me acariciaba con cuidado la cabeza. Abrió las piernas para dejarme más espacio. Dejé de comerla las tetas cuando noté que su coño estaba ya bien lubricado y me bajé hasta estar enfrente. Vi que Phuc abrió los ojos y se inclinó un ...
... poco para ver qué iba a hacer. No se lo creía. Acariciando su vientre y muslo coloqué mi lengua en su clítoris y empecé a lamer. Dejó caer su cabeza en la cama a la vez que soltó un gemido profundo. Lamí y chupé como si no hubiera un mañana. Phuc trataba de no soltar gemidos para no despertar a su hija aunque le costaba. Apretaba la boca, cerraba los ojos y agarraba la sábana con fuerza. Al llegar al orgasmo ahogó sus gritos con la almohada mientras con sus piernas me apretó el cuello. Yo estaba empalmadísimo, me ponía muy cachondo oír como se corre una mujer gracias a mí. Con la cara hecha todavía un cromo del placer del orgasmo y respirando agitadamente tratando de recomponerse, yo escalé hacia arriba velozmente para de una vez meter mi polla en su coño empapado. Le pilló totalmente por sorpresa todavía recuperándose del orgasmo, abriendo los ojos como platos y la boca soltando un grito de medio sorpresa y placer a la vez que me rodeó la espalda con los brazos. Meter la polla hasta el fondo de una vez justo después del orgasmo, pillando por sorpresa, es algo que hacía años me di cuenta de que proporcionaba un placer bestial a la mujer. Y el secreto estaba en no parar después pero llevar un ritmo lento. Y eso hice. Phuc escondió su cabeza en mi cuello mientras me estrujaba con los brazos mi espalda. Levanté la pelvis para sacar la polla poco a poco y sin llegar a sacarla del todo, volví a meterla lentamente. No paré el movimiento, mi polla salía y entraba delicadamente en ...