Mi pareja, su hija y la nuera (III) - Relatos Eróticos

Mi pareja, su hija y la nuera (III)

... excitación era tal, que no había salido a la autovía todavía, y eso que está al lado, cuando empezó a correrse, su cuerpo temblaba entero.

Cuando se calmó, saco la mano de su coño, pero no sabía que hacer con ella, supongo que deseaba chupársela, pero mis intenciones eran otras.

-Méteme la mano en la boca, quiero saber a qué sabes.

Me la acercó a la boca y se la chupe, y uhmmm, que bien sabia, y eso me hizo cambiar mis planes, no los de que se viniese a la casa.

La deje recuperarse, aunque su respiración era agitada, seguía excitada, y eso era lo que yo quería.

Siguiendo sus indicaciones, llegue a la puerta de su casa, y sacando del bolsillo de la chaqueta un mando, abrió la puerta de su garaje, ya que esta es un adosado.

Entre en la cochera, y baje a la vez que ella.

Rodee el coche y me hacer a ella, la cogí del pelo, y acercándola a mí, empecé a comerle la boca, cosa que ella respondió al instante, empezó a meter su lengua en mi boca, con ansias, con desesperación, la separe de mi…

-Llévame a tu habitación

Me cogió de la mano, y subimos desde la cochera a su cuarto.

Me dijo que no tardaba nada en hacer la maleta, pero no la deje terminar.

La tire en la cama, haciéndola caer de espaldas.

-Sabes, si no quieres dime que pare, y lo hare, y no cambiara nada, pero si no dices nada, te voy a follar, te voy a desvirgar en la cama del cornudo, la vamos a dejar manchada con tu virginidad.

Como no dijo nada, le bajé los leotardos arrastrando un ...

... tanga, blanco, con ellos, y sin terminar de quitárselos, porque yo ya estaba que iba a reventar, metí mi cabeza entre sus piernas, leotardos, y coño y apoyando sus piernas, bastante forzadas, por los leotardos, en mi hombros, me solté el pantalón, y tirando de ella hacia el borde de la cama, ya que esta era alta, sin miramientos se la metí.

Y empecé a follármela, y era cierto, que era virgen, porque cada vez que se la sacaba para volver a metérsela, salía manchada de sangre, y eso quería, porque cuando se la sacaba, manchaba la cama.

-Paro?

-Rocio. -Nooo, siga, uf, no pare, aggg, me corrooo, otra vez, aggg.

Yo estaba también muy excitado, pero quería que se corriera otra vez, y seguí entrando en ella, hasta que volvió a gemir, a correrse.

Yo no aguantaba más y sin mirar las consecuencias, que podría tener, me corrí, me vacié en ella.

Pero no quería parar, quería seguir, asi que, sacando la cabeza de sus piernas, le quite las zapatillas y termine de quitarle los leotardos y el tanga.

-De rodillas ZORRA

Pego un salto de la cama y sin importarle como estaba mi polla, ya que estaba manchada de sangre, se la metió en la boca. Era cierto, porque lo hacía muy bien, tanto que no tardo en ponérmela dura, que en el fondo era lo que yo quería.

-Ufff, sigue ZORRA, no pares, pero no te toques, no quiero que te corras.

Y cogiéndola de la cabeza, empecé a follarla durante un buen rato, aunque a veces la tenía que sacar porque le daban arcadas, ella la volvía a ...