Conociendo a Daniela III
Fecha: 16/02/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: joel34, Fuente: RelatosEróticos
-Muy bien, esto no tiene porque ser un problema. - Pensé al girar la llave de acceso a mi apartamento. Solo serían unos cuantos días y después, todo regresaría a lo habitual.
-Que lindo lugar Doctor.- Dijo ella al entrar.- Está todo muy bien ordenado y limpio.
-Gracias Danna, todo es gracias a Lupita, mi ama de llaves.-Le aclaré en lo que ponía un par de maletas suyas en la estancia.- Siéntete en confianza, esta será tu casa por unos días.
-¿Solo unos días?
Sonreí ante su broma y decidí seguirle el juego:
-Por mí, tu puedes quedarte permanentemente.
-Ja ja ja, por favor, no me diga eso. Después no habrá como sacarme de aquí.
Estuve por decirle que no querría hacerlo, pero me limité a sonreír.
-Ven, te mostraré dónde está tu habitación- Dije al tiempo que la conducía a través de la sala hacia las recamaras. Mi piso contaba con dos, más una que funcionaba como estudio, pero las principales estaban separadas por un pasillo y las puertas de éstas se encontraban la una frente a la otra. La suya contaba con una cama individual, un closet vacío y un espejo de cuerpo entero al lado de la ventana. Algo sencillo, pero funcional.
-Mmm, a este lugar le hace falta un toque femenino.
-Tu arréglalo como gustes. Mientras, te dejo un rato. Para que desempaques y te relajes un poco.
Daniela aceptó con la cabeza. Yo le cerré la puerta por caballerosidad y me fui a la cocina por un vino tinto. Lo destape en lo que me deshacía la corbata y dejaba el saco encima ...
... de una silla.
No es que fuera un principiante, pero todo esto me tenía confundido. ¿Se me insinuaba acaso? Pero... ¿Y si todo lo que me dijo fuera cierto, y yo lo quisiera interpretar de otro modo?
Ya me imaginaba la cara del decano mostrándome la salida de la universidad, así como al gremio de abogados riéndose por mi desliz.
Saque del refrigerador unos ravioles que el ama de llaves me había preparado para ese día y los puse a calentar en el microondas. Serví otra copa de vino para Daniela y la llamé a cenar.
-No creo que pueda salir, Doctor.
-Vamos Danny, acabo de servir la cena. ¿Te ocurre algo?
Un silencio se hizo palpable detrás de la puerta de su cuarto.
-Es que... Creo que mi ropa no es apropiada.
En ese momento solté una carcajada: ya nada podía ser inapropiado entre nosotros.
-Ven, no puede ser tan malo. Te espero en el comedor.
-Ok.- Escuché su voz que daba un suspiro. Fui a sentarme a la mesa y, cuando acababa de servirme la segunda copa, oí su puerta abrirse. Vino hacia mí y entendí de pronto a que se refería: traía puesta una pijama de dos piezas. La parte de arriba era de encaje con escote de color azul. Un lindo pantalón muy corto de satén del mismo tono completaba su ajuar de esa noche.
-Así duermo Doctor. Y no tengo otra cosa que ponerme. - Se disculpó mientras se sentaba a mi lado.
Seguro vio mi turbación pero, como pude, me controlé.
-Esta bien, no te preocupes. Siéntete libre de estar como en tu casa.
Daniela se ...