1. Acudiendo a la cita con el quiosquero (Parte 2)


    Fecha: 31/10/2018, Categorías: Gays Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... para la cama con tu macho, que quiero tenerte acurrucadita a mí lado.
    
    Una vez en el dormitorio, el quiosquero encendió la luz, abrió la cama ordenándome que me acostara, encendió otra televisión que tenía en el dormitorio, fue a la sala de donde trajo unas cintas de vídeo, insertó una en el reproductor que tenía, apagó la luz, metiéndose luego él en la cama, por el otro costado. Sacó de la mesilla un mando a distancia, puso en funcionamiento la televisión junto al reproductor, dejó luego el mando sobre la mesilla, se acurrucó a mi costado abrazándome a él, echó una de sus piernas sobre las mías, y mientras me acariciaba con sus manos, comenzaba a verse la película que había puesto. Por supuesto que también esta era de porno gay, y mientras mirábamos la película, ambos nos acariciábamos. Yo había llevado mi mano a su polla, la cual estaba media flácida, pero no dejaba de acariciarla y sobarle las pelotas.
    
    Aunque la película estaba excitante a tope, no se en que momento yo me quedé dormido. Al igual que le debió pasar a el quiosquero, ya que cuando desperté, ya eran cerca de las 8 de la mañana. Y desperté por culpa de las caricias que me estaba dando el quiosquero.
    
    Dios, ya había notado el rabo del quiosquero empalmado a tope, pegado a mi culo. Tenía las manos del quiosquero sobándome la polla y huevos, lamiendo y mordisqueándome el cuello y hombro, y la verga tiesa y dura, pegada a la raja de mi culito.
    
    Buenos días mi perrita, me susurraba al oído, has dormido ...
    ... toda la noche acurrucadita al pecho de tu macho, y mira como me tienes, me decía restregándome su polla por la raja de mi culito.
    
    Anda se buena perrita, y dame tu culito, anda déjame que te posea. Déjame hacerte mía, anda encoje las piernas, perrita y dale el culito a tu macho para que te monte.
    
    Hice lo que me pedía mi macho, encogí las piernas sacando el culo un poco para facilitarle la penetración, y nada más pegar el culo a su entrepierna, ya noté su polla abriéndome el culo.
    
    ¡Ohhh! Gemí al notar su polla traspasándome el esfínter. ¡Ohhh ooohhh! Volví a gemir una vez me había metido toda la polla.
    
    Así perrita, así, deja que tu macho te monte y te haga suya. Déjame follarte y hacerte mía. Así, así me gusta, dame el culito que te voy a preñar con mi lechita.
    
    ¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto perrita!
    
    La hostia, apenas había despertado, y ya estaba siendo enculado de nuevo por mi macho.
    
    Me acariciaba la polla con su mano en una suave paja, a la vez que con la boca me mordisqueaba el hombro y oreja, mientras me iba culeando suavemente, haciendo que su polla fuera deslizándose por mi interior, abriéndome el culo cada vez más.
    
    Que hijo de puta el quiosquero, sabía cómo darme placer y hacerme gozar. Hacía que me entregara a él sin reservas. Me hacía ser suyo, igual que una perrita en celo se entrega a su macho para que la monte y preñe de leche.
    
    Cada vez el quiosquero iba culeándome más rápido y profundo, dándome envestidas más fuertes, ...