Reencuentro con Fede y el final de la fiesta bondagera
Fecha: 03/03/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Necko23, Fuente: CuentoRelatos
Federico, el hombre de gris, me mandó un mensaje esa tarde, esperaba verme linda a la noche: el audio remarcaba “linda” con “a”, lo que claramente debía interpretar como el pedido para verme un poco más “femenino” que desde la última vez. No era tarea difícil para ser sinceros: apenas superó el metro setenta y soy delgado; en cuanto a mi rostro, labios rojos y carnosos herencia de mi madre, se destacan del resto de las facciones. Además, había dejado crecer el flequillo lacio y castaño un poco más allá de las cejas, el cual acostumbraba acomodar con un soplido vertical. Otro detalle que desdibuja cualquier atisbo varonil, son los enormes lentes de pasta que enmarcan ojos pequeños y almendrados, huidizos al contacto visual.
Eran las nueve de la noche cuando entré al baño de un pub en la calle Lavalle para cambiarme. Remera oscura que dejaba el ombligo al aire con campera y short de cuero negro en juego con borceguíes en el mismo tono. Mis piernas cubiertas por media de red oscura en combinación con el esmalte de uñas y el delineador de ojos azulados. Mi boca la pinte bien roja y salí ligero a la calle sin reparar en las miradas ajenas. El auto de Federico estaba en el lugar de siempre, subí y lo saludé con un beso húmedo y prolongado.
Estas hecho una bebota, hermosa, me dan ganas de comerte toda, ¡mi amor! - me felicito mientras encorvado sobre mí torso , aprovechaba a besar generosamente mis tetillas, hurgando con la mano libre en mis genitales. Suspire de placer, ...
... todavía recordaba la flor de cogida que me había dado la semana anterior
¿Queres que te la chupe? -ofrecí entre risitas.
Nada me haría más feliz, pero ahora vamos a ir a un lugar especial, a una fiesta y quiero que estés preciosa como ahora, con la trompita impecable- sonrió apoyando su mano en mi rodilla.
Una fiesta, ¿una fiesta chanchita? - acote
-Si, bebe, con gente que le gusta lo mismo que a vos, el cuero, los juegos de rol
No se que decirte, me calienta y también me asusta- replique sincero. La verdad es que a los veintiún años apenas llevaba unas semanas sexualmente activo y todo era nuevo. Decidí confiar en el criterio de mi amante.
Federico me entrego una caja elegantemente forrada de negro, dentro había un par de esposas de cuero, una mordaza de bola y un antifaz ciego. Un calambre dulce atravesó mi vientre.
¿Te gusta? -preguntó Federico. Me encantaba, del éxtasis, me ruboricé
Lo a-do-ro-conteste mordiéndome los labios rojos.
Federico detuvo el auto- Sacate la campera y junta las muñecas atrás de la espalda. Devorado por el juego sexual me deje llevar. Las esposas me apretaron lo justo pero además, eran acolchadas lo cual resultaba placentero.
Ahora los ojos- pidió. Acerque la cabeza y de repente, solo veia negro.
¡Ah, esa boquita hermosa, que tentación, que tentación!- susurro. Escuche un trozo de cinta estirarse , como saliendo del rollo y el corte del mismo. La banda se adhirió con firmeza sobre mi boca. Nunca me habían amordazado con ...