Siendo puti esposa con mi marido y un colega
Fecha: 07/03/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Patita Putita, Fuente: CuentoRelatos
A mi esposo lo cambiaron de sede, y teníamos que adaptarnos a una nueva ciudad. En cuanto él trabajaba, yo me dedicaba a conocer la ciudad e intentar encontrar algún trabajo para mí. No fue difícil, entre una cosa y otra, “encontré” a un antiguo colega de estudios.
Aunque no nos habíamos tratado mucho (Fue lo que le dije a mi marido), me alegró verlo. En fin, intercambiamos teléfonos y quedamos de comunicarnos. (Nota de mi marido: Pensándolo después, me pareció muy dudosa la “coincidencia” sobre todo después de lo que pasó en la cena)
Cuando se lo comenté a mi marido, le pregunté si le parecería bien invitarlo a cenar. Por supuesto que aceptó sin dudar, nos gustaba recibir y unos días después ya estaba combinado el encuentro. (Nota: Todo “yo”, yo me lo encontré, yo tenía su teléfono, yo combiné la reunión. Y solo con él. ¡Qué serie de coincidencias!)
De inicio fuimos muy amables y formales, hablando lo habitual, de política y otros temas públicos. Muy vagamente de sus tiempos de Facultad.
Al final, ya con algunas copas, comencé a provocarlo discretamente por debajo de la mesa, rozándolo con la rodilla, el correspondió acariciándome. En algún momento que salió, se lo comenté a mi marido que, al oírme, abrió los ojos y me dio luz verde. Era una nueva aventura, una sorpresa, a él le gustaba que yo tomara iniciativas.
Esto se explica porque por varios años ya habíamos practicado swinging en varias ciudades, ya había tenido varias aventuras sola y con él. No solo ...
... no nos espantaba, sino que nos gustaba. Ya sabíamos muy bien que yo podía ser puta, muy puta si se me diera mi chingada gana.
Para los licores pasamos a un cuarto que usábamos para oír música, arreglado con almohadones. Con cuidado, pero ya sin esconderme, recomencé las caricias, permitiendo que el amigo correspondiera. Lo entendió y pronto estábamos abrazándonos y besándonos sin tapujos. Mi marido salía con frecuencia con diversos pretextos. (Nota: Ambos sabíamos que era para dejar más cómodo al visitante)
Que sin duda entendió lo que estaba pasando (¿O ya lo estaba esperando?) y avanzo a mis toronjas y buchaca. Mi marido discretamente se mantenía atento y cuidadosamente cerca, cuidando de ser una especie de “Convidado de piedra”
En algún momento ya estaba con el torso desnudo, la falda a la cintura y el amigo sin ningún pudor me acariciaba y besaba toda. Poco después ya los tres muy calientes, estábamos desnudos, recostados en los almohadones.
Cuando consideré suficiente preámbulo, viéndolo recostado, sin dudar lo mamé, dándole las nalgas a mi maridito para cachondearme. Después de una golosa chupada, tomando su palo bien duro, lo monté y me lo metí sabrosamente por la chucha. Completando el trio mi marido se puso junto para darme su linda vega a mamar. Y yo feliz.
Poco después, sin decir nada, decidimos que como experiencia era suficiente. El amigo se despidió educadamente y nos quedamos comentando un poco lo bueno que había sido. (Nota de mi marido: Estaba ...