1. Siendo puti esposa con mi marido y un colega


    Fecha: 07/03/2025, Categorías: Confesiones Autor: Patita Putita, Fuente: CuentoRelatos

    ... intrigado, había sido muy fácil, el amigo parecía estar en terreno conocido. Decidí no preguntar del pasado)
    
    Unos días después, conversamos y decidimos que nos había agradado, que lo queríamos repetir y me pidió que lo llamara e hiciera otra cita. Cambiamos algo las reglas, mi maridito sugirió que no fuera de nuevo en nuestro depa, que fuera en otro lado, que el amigo sugiriera. Y agregando una cena. Lo llamé y se alegró aceptando de inmediato. Quedó medio en el aire, más bien implícito que le iría a dar las nalgas a cambio de una cena.
    
    Sugirió cenar en un localito cerca de su departamento, y de ahí caminaríamos. Sin consultar, acepté y combinamos que sería unos días después, el siguiente fin de semana.
    
    (Notade mi marido: Esa fue la información que ella me dio. Nunca supe qué fue lo que realmente combinaron)
    
    Llegó el día, y muy excitados, llegamos al local sugerido, una fondita razonable. Vestía una faldita leve, con una blusita sencilla, sin sostén y unos calzoncitos chiquitos.
    
    Aunque creo que a ninguno de los tres nos importó ni el local ni la comida, impacientes comimos alguna cosa. Después, a unos pasos, pasamos a su departamento, todo muy civilizado y normal.
    
    Era un departamento pequeño de soltero, chiquito y desordenado, cómodo para un divorciado. En la salita, nos sirvió algunos tragos y algunas cositas para acompañar. Medio abrió la ventana del balconcito. La brisa era agradable y colocó una media luz muy sugestiva.
    
    Me sentaron en medio de los ...
    ... dos en un sofá cómodo. Con una plática boba puso una peliculita porno de dibujos animados donde los siete enanos se comían a Blancanieves por todos lados. Muy simpática, estableció el ambiente. Ninguno realmente la vio, yo era más interesante.
    
    Primero no muy discretamente comenzó a acariciar mis piernas, después avanzó a abrazarme y besarme abiertamente. Yo correspondiendo activamente. Como quien no quiere la cosa, mi marido simulando que no estaba ahí.
    
    Ya así, con una mano me abrió la blusa sacándome los pechos (¿O fui yo?) la otra mano comenzó a correr libre por mis piernas, por muslos y nalgas. Pronto, como la falda estaba ya muy arriba me la quité para no estorbar y mis calzoncitos, muy chiquitos y muy de puta, quedaron a la vista. La blusita también se fue por ahí. Y mis manos encontraron su verga, de fuera, ya bien dura y lista para zingarme. Los chones, pasaron a ser solo decorativos en el revoltijo de manos y salieron en seguida dejando libre y alegre a mi coño.
    
    (Pensamiento de mi marido: No han tenido el menor empacho, esas manos ya conocen esta putita, ya la han recorrido, ya la han manoseado, yo estoy de adorno. (Hummm, ¿Qué tan puta habrá sido en la Facultad? No importa))
    
    Buscando dar un ambiente más libre, mi marido salió al balconcito donde además de tener una experiencia voyerista, nos “espiaba”, gozaba viendo a su perrita cachonda ser muy zorra… entraba de vez en cuando como buscando algo, y se salía de nuevo a espiar. Estaba calientísimo de ver el ...