1. Chat aleatorio


    Fecha: 01/11/2018, Categorías: Incesto Autor: Maria4manos, Fuente: CuentoRelatos

    ... se estaba tirando de ambos pezones. Claramente el juego le excitaba y a mí me divertía, por lo que decidí continuar. Cuando retiré la botella pude ver lo erecto que tenía el pezón. Podía ser que le gustase? Lo acaricié para verificarlo y resultó se lo estaba pasando bien.
    
    El siguiente objeto que pidió que metiera en escena era una espátula de silicona. Yo la cogí aún con dudas de su finalidad. Me pidió que me sacara el pantalón mientras ella hacia lo mismo para después mostrarme sus compactas nalgas. Se sentó de frente a la pantalla mientras se recostaba hacia atrás y dejaba caer las dos manos entre las piernas. La posición de la cámara no me permitía ver lo que hacían las manos, pero por el movimiento de los antebrazos lo intuía. ¿Cómo es posible que le pusiera de esa forma un simple bote?. Desde esa posición me pidió que le mostrara las bragas que llevaba puestas, que era mi tanga negro favorito. A ella también debió gustarle, porque pidió que lo dejara puesto, y se mostró a medio cuerpo, de forma que pude verle el rostro. Una cara joven y ansiosa, de labios carnosos y ojos oscuros. Me pidió que me pusiera de perfil a cuatro patas mostrando mis nalgas y una tirita fina de mi tanga. Una vez en esa posición pude ver como volvía a esgrimir una pequeña sonrisa, así como un pequeño aumento de ese leve movimiento del antebrazo.
    
    Me dijo que me acariciara las nalgas con calma y recorriendo en círculos toda ella. Mientras lo hacía me preguntó si alguna vez me habían dado un ...
    ... cachete. Por supuesto que sí, pero siempre con ropa. No sabía muy bien qué responderle, ya que me veía venir la siguiente petición. Si no fuera por lo mucho que me había reído la hubiera cortado en seco, pero estaba contenta y lo del bote había estado bien, por lo que decidí darle una oportunidad. Le respondí que no, mientras la mano con la que me estaba acariciando empezaba a sudar costándole un poco resbalar. Al momento noté como su respiración se aceleraba y con una leve sonrisa me pedía que me diera un pequeño cachete en la nalga que mostraba. Lo hice con poca fuerza por si me dolía, pues era la primera vez que me cacheteaba a mí misma. Se escuchó un plassss seco que a mí misma me sorprendió. La sensación en la mano como de hormigueo agradable, la nalga no opinaba lo mismo. Al retirar la mano la zona estaba colorada sobre mi pálida piel y yo sonrojada. Mientras esperaba a ver que me decía pude ver como tenía pequeños espasmos, supuse que de un orgasmo buscado. Alucinante. Se levantó, se bajó las bragas y me mostro cómo de húmedos tenía los labios y los dedos.
    
    Volvió a sentarse y a solicitar una serie de cachetes acompañados de caricias pero me pidió que bajara la intensidad o tendría otro demasiado rápido. Me di unos seis cachetes tras lo cual me pidió que cogiera la espátula de silicona y continuase haciendo lo mismo con ella. El ruido era mayor y lo cierto es que ya no me molestaban como el primero, por lo que me di una buena serie en distintas zonas de la nalga. Ella ...