1. Chat aleatorio


    Fecha: 01/11/2018, Categorías: Incesto Autor: Maria4manos, Fuente: CuentoRelatos

    ... había movido la cámara para que pudiera ver como estaba distribuyendo los flujos que salían de su interior por toda la zona y pude ver de cerca su clítoris enorme y erecto. Durante un buen rato me fue pidiendo que continuara cacheteándome con la espátula por distintas zonas, a la vez que iba cambiado de posición. En los muslos, en el escote, en el monte de Venus por encima del tanga, en los pechos, incluso en las plantas de los pies… después me pidió que separara las piernas y me golpeara en el clítoris cuando ella me lo pedía. Al hacerlo despacio no fue molesto y al descubrir en la imagen del pc que tenía el tanga con una mancha de humedad me quedé estupefacta; ¿estaba realmente tan excitada?
    
    Naturalmente me pidió que me quitara toda la ropa y que me pusiera en la misma posición que ella. Tengo que ir a por una cosa, dame un segundo. Salió de escena, dejándome expectante. Regresó con un huevo vibrador que introdujo lentamente en la vagina, volviéndose a recostar en la silla.
    
    Según ella, mi clítoris necesitaba una pausa, por lo que me pidió que cogiera unas pinzas y las cerrara sobre los pezones. La idea de unas pinzas cerrándose sobre mis sensibles pezones me dejó paralizada. Me relajó diciendo que no tenía que cerrarlas, sólo quería ver cuánto presionaban. Me acerqué a la cámara mostrando un primer plano de mi pezón erecto y le mostré lo que quería ver. Cuando empezó a ser molesto le avisé y escuché al otro lado “mmm estupendo, tienes que meter dos palillos dentro de ...
    ... la pinza en la zona del muelle”. Como lo de los palillos no lo veía muy claro, metí un trozo de plástico similar para bloquear el cierre. Seguro que podía ver cómo me temblaba el pulso en la cámara, porque ella empezó a describir como se estaba excitando, animándome a que le ayudara a tener un segundo orgasmo. La sensación fue de dolor leve al principio, pero se fue acostumbrando a la presión constante. Desde donde tenía la cámara colocada podía ver cómo el huevo salía, daba una vuelta alrededor del clítoris y volvía a entrar. La imagen de ese hilo de flujo saliendo de dentro de la vagina y llegando al ano me animó a confesarle que yo poseía un dildo realístico, que casi no usaba por ser demasiado grande. Antes de terminar la frase ya había metido el huevo dentro y mientras con una mano acercaba la cámara con la otra se masturbaba rápidamente para alcanzar en pocos segundos el segundo orgasmo entre sollozos de placer. ¡Qué velocidad de reacción!
    
    Una vez recuperada de las convulsiones me confesó que nunca había tenido tres orgasmos consecutivos pero que yo le estaba excitando sobremanera y quería intentar el tercero mientras utilizaba ese juguetito. De perdidos al río. Me animé y fui a por él.
    
    Normalmente lo uso en modo vibrador por fuera, apenas meto la punta ya que es demasiado ancho y largo para mi gusto. Después de observar el juguete y apreciar sus dimensiones y flexibilidad, me pidió que colocara el chochito hacia la cámara y me recostase, mientras indicaba que le ...