Uno de mis encuentros favoritos - Relatos Eróticos

Uno de mis encuentros favoritos

... con mi lengua sentí como el se estremeció, lo comencé a lamer completamente de la punta hasta sus testículos los introducía completamente en mi boca luego chupe su pene sin dejar de meter mi lengua en el orificio el seguía estremeciéndose con cada roce de mi lengua.

Se puso de rodillas sobre la cama, mis caderas estaban entre sus muslos y mis piernas flexionadas sobre las de él, me ví en el espejo la vista era increíble, mis piernas se veían hermosas con las medias de licra, el roce con las de él me encanta mucho, su pene en dirección a mi ano, me encanta el roce de su cabeza, intenta meterlo con suavidad, su roce me producía un hormigueo y un cosquilleo delicioso.

Me mira con deseo, me pregunta si estoy lista, digo que si, que lo deseo mucho. Siento la presión de su cabeza en mi culo, toma mis manos y las lleva detrás de mi cabeza entrelazando sus dedos con los míos, siento más fuerte la presión de su pecho contra el mío, sujeta mis dos manos con una sola de él, lleva la otra a su pene, lo coloca de nuevo en la entrada y presiona suavemente abriendo un poco mi agujero, sigue besándome muy rico como para distraerme de lo que pasa abajo.

No me distraigo, siento la suavidad de su pene, de nuevo el cosquilleo, duele un poco pero es más el placer, es un macho sediento de sexo.

Me ve con deseo y lujuria, lo veo con desesperación y ansiedad, sé que pronto estaré comiendo su verga, el deseo crece y el dolor disminuye, presiona nuevamente, mi hoyito se abre un poco más ...

... siento como me penetra centímetro a centimetro su cabeza continua avanzando.

Sentía que me partiría en dos, cada vez que su verga avanzaba un poquito sentía un miedo que recorría cada nervio de mi cuerpo.

Movi mis piernas buscando estar más cómoda, en ese mismo momento Ruben volvió a presionar, sentí como mi culo se abría y su cabeza me llenaba con ella, una contracción de mi culo hizo que avanzara un poco más y la atrapo en mi interior.

Una ola de calor recorrió mi cuerpo y gemí de placer, sentía placer y dolor al mismo tiempo, él se quedo quieto, dejo de presionar y soltó mis manos, vi su cara llena de placer y gozo, comenzó a besarme y acariciarme con mucha ternura.

El dolor disminuyo, mientras me besaba su pene se introdujo poco a poco dentro de mi, me decía que le gustaba mucho sentirme apretadita, yo estaba disfrutando sentir el roce de su verga en mi interior, cerraba mis puños sobre mis sabanas, me faltaba aire, respiraba aceleradamente y no podía contener mis gemidos.

Sus bolas tocaron mis nalgas y me di cuenta que ya lo tenía todo adentro, era su mujer, estaba totalmente sumisa y entregada debajo de él, sentía como me llenaba su verga, su calor, las contracciones de mi culo. Deja de besar mi cuello, me dice que ya la tengo toda, que es toda mía.

Lo abrace con mis piernas, era mi forma de decirle que era mio, se vengo sacando un poco su pene, solo lo suficiente para sentir el vació que dejaba y de nuevo me lo clavo hasta el fondo, nuevamente gemí, me ...