1. Eyaculo junto a Cristina (Final)


    Fecha: 11/03/2025, Categorías: Incesto Autor: Omar89, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi memoria es uno negro con rayas rojas, ya que era el que mejor le quedaba. Estar viendo con aquellas gafas aquella diosa desplazándose por el agua, con aquellas piernas y esos glúteos estirándose y encogiéndose con el movimiento, conseguía ponérmela muy dura. Al salir del agua siempre me ofrecía para ponerle la crema bronceadora. Si bien Cristina era de piel blanca, le quedaba bien su bronceado, quedándole la marca del bikini. Me gustaba untarle aquella crema por todo el cuerpo, sentir la delicadeza de su piel en mis manos. Primero por la espalda, descendiendo alguna vez las manos hacia sus pechos. “Eh, no te pases”, me decía con una sonrisa. Yo hacía como si nada y bajaba por su espalda. Después se la untaba por las piernas. Ella decía “por aquí no hace falta”, pero no hacía caso y lo hacía igualmente. Aquello era lo más cerca que había estado con una chica por entonces, ya que pese a mis dieciocho años seguía siendo virgen, por lo que para mí era como un equivalente de follar, aunque sin llegar a eyacular, teniendo que guardar el recuerdo de aquellas imágenes, aquel tacto e incluso aquel olor a crema como inspiración para mis masturbaciones en un momento de intimidad.
    
    Otro recuerdo de aquel verano fue una escapada que hicimos con su novio a la playa. Ella lucía igual que en las descripciones anteriores, pero con un bikini rosa. Cristina y su novio jugueteaban mucho, y en un momento dado se le cayó aquel bikini al suelo, enseñando sin querer sus grandes tetas en todo ...
    ... su esplendor. Me quedé mirando aquellos pechos bronceados, con su marca de bikini que dejaba ver lo blanquitos que los tenía normalmente, y unos pezones marroncitos, con aureola pequeña. Mi cuñado, que al igual que nuestra familia es cristiano y algo puritano, abrazó a mi hermana contra él para ocultar de la vista de los demás sus pechos, mientras Cristina se reía en plan picarona. Me agaché para recoger aquel bikini y que pudiera ponérselo. “Menos mal que sólo te ha visto tu hermano”, dijo él. Pero es que su hermano era quien posiblemente más deseara verle las tetas en aquel momento. Ya se los había visto antaño, pero nunca desde que mi deseo sexual despertara de forma totalmente consciente hacia ella. Y aunque fueron unos segundos, aquel recuerdo me tiene excitado hasta el día de hoy.
    
    Pero el mayor morbo hacia ella llegaría semanas más tarde. Mi abuela había venido del pueblo a pasar unos días a casa, por lo que Cristina le cedió su habitación para que estuviera más cómoda, por lo que tendría que dormir en mi mismo cuarto, aunque en camas separadas. Pese a que compartimos varias noches juntos en mi habitación aquel verano, tengo marcada una en especial: la vez que me masturbé teniéndola a menos de medio metro de mí. Antes de explicar cómo fue, convendría algunas descripciones: cada uno estaba en una cama, con un espacio estrecho que usábamos para poder levantarnos por la mañana o ir al baño por la noche. Mi cuarto es pequeño, así que no podíamos permitirnos una distancia ...