1. Madre enamorada (5)


    Fecha: 16/03/2025, Categorías: Lesbianas Autor: starone, Fuente: CuentoRelatos

    ... retaguardia. Yo también anhelaba entregarle mi culo virgen, quería que ella fuese quien me sodomizase. Pero no era el momento, ahora debía colocarle el dilatador anal y así lo hice, con sumo cuidado y bien lubricado fue cuestión de segundos que lo tuviera dentro.
    
    -Ya está cariño, ¿te sientes bien?- Le pregunté solícita.
    
    -Si Helena gracias, se siente rico. Ahora faltan las bolas chinas, quiero sentirme doblemente poseída por ti.- Me dijo excitada y con cierta impaciencia.-
    
    Mi intención era obedecer y marchar de camino a la ciudad, pero mi grado de calentura había superado el límite.
    
    -Un momento tesoro, voy por una toalla, enseguida vuelvo.
    
    -¿Una toalla? - Preguntó Belén, incrédula y curiosa.
    
    -Si amor, es que no me aguanto.
    
    Coloqué la toalla entre las piernas de mi hija, me lubriqué generosamente la mano y comencé a rozar su vagina. Le introduje con suavidad todos los dedos a la vez en su chocho. Estaba empapado. Notaba como su vulva apretaba y succionaba mi mano con suma facilidad. Apenas apreté un instante y todo el puño estaba en el interior de mi amada. Inicié un movimiento lento, pero cadencioso, al que las caderas de Belén pronto acompañaron rítmicamente. Mi puño estaba follándose a Belén, era lo que ella quería, sentirse penetrada doblemente. Por mi puño, y por el dilatador anal.
    
    Su espalda se arqueaba, proporcionando más placer y más fuerza a sus caderas. Su cuerpo ya sudaba, su boca empezaba a delatar, que estaba excitada, y que disfrutaba ...
    ... enormemente.
    
    -¿Te gusta Belén?- Interpelé excitada.
    
    -Demasiado cariño, gracias lo deseaba. No quiero que pares, estoy cerca de explotar.
    
    Contemplar a Belén a cuatro, su culo con su dilatador, moviéndose al ritmo de mi puño hacía que mis pezones se endureciesen como si fueran granito. De pronto su vagina se convirtió en un mar de fluidos, escupió varios chorros a los que ayude con mi mano a aumentar. No pude evitar acercar mi boca a su vulva y sentir como su íntima cascada regaba mi rostro e inundaba mi boca.
    
    -Ah, oh, mmm Helena, me matas amor, ah!- Pronunciaba Belén agotada y en éxtasis.
    
    Permanecimos varios minutos abrazadas, sin movernos, de rodillas. Solo el sonido de nuestro respirar reinaba en la casa.
    
    -Se nos hace tarde, cariño comentó Belén, recuperada ya de nuestra enésima travesura.
    
    El viaje transcurría en orden, Belén se lo pasó con los ojos cerrados, escuchando música en su MP4. Yo no dejaba de pensar en lo deprisa que había ocurrido todo. Aún me costaba creer que ya éramos amantes, descubrir el lado sumiso y morboso de mi hija en la intimidad. Mi ser era un mar de sentimientos, sensaciones, vivencias que me hacían sentir joven y plena. Amaba a Belén y era consciente de la situación nada convencional que estábamos viviendo, pero no estaba dispuesta a renunciar a algo tan hermoso y tan real. Aunque era consciente del riesgo y de lo prohibido que era nuestra relación. La vida era un suspiro y quería beberla trago a trago sin importarme lo que era ...
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