Madre enamorada (5)
Fecha: 16/03/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: starone, Fuente: CuentoRelatos
... la máquina que estaba insertada en la pared y abrimos la puerta. Bajamos por unas escaleras estrechas y llegamos a un amplio local decorado como en los años 30 del siglo pasado. Todo muy elegante y nuevo. Sonaba música jazz, tenía una barra de madera adornada con un acabado dorado, una zona para bailar y otra en la que te podías sentar y tomar una copa. Las lámparas eran grandes y te hacían recordar a las películas de antes. Pero noté algo que me sorprendió por encima de todo, todas las que estábamos en el lugar éramos mujeres.
-Cielo, ¿Esto es un club lésbico verdad?
-Si mamá, quise que fuera una sorpresa. Me apetecía tener una cita contigo y que te sintieses cómoda conmigo.- Explicó Belén con dulzura.
-Amor siempre estoy cómoda contigo.- Le dije poniendo mi mano en su nuca mientras la besaba.
-¿Te gusta?
-¿Quién cielo?, no entiendo.-Respondí confusa.
-Susana. La deseas, me fijé en como os mirabais.
Los ojos de Belén se mostraban llorosos. Pude ver tristeza en ellos, eso me mató. Acaricié su rostro y besé suavemente sus labios:
"Te amo cariño, Susana solo es una joven bonita, nada más."
Pasamos un rato agradable bailando, yo estuve todo el tiempo mimándola. Intentaba hacerla sentir bien, pero ella, detrás de su sonrisa de diosa etrusca, escondía un halo de tristeza.
-Tesoro, quiero que volvamos a casa, quiero entregarte mi culo virgen. Sé que lo deseas y quiero que sea esta noche.- Le susurre en su oreja mientras bailábamos agarradas con mis ...
... manos en sus glúteos.
-Te dolerá, ¿Lo sabes verdad? - Me contesto seria y mirándome fijamente.
-Lo sé mi amor, quiero que me folles y revientes, si eso es lo que deseas.- Asentí retando su mirada.
Belén me tomó de la mano y nos volvimos a casa. No pronunció una sola palabra en todo el trayecto. No me soltó la mano tampoco. Permanecía absorta en sus pensamientos mientras yo me sentía cada vez más excitada, imaginando nuestra noche de sexo prohibido...
*************
Entramos en casa y Belén seguía sin soltarme de su mano. Me condujo en silencio a nuestra habitación y con voz seria me ordenó:
"Quítate la ropa y acuéstate sobre la cama boca abajo"
Debo confesar que interpretar el papel de sumisa me tenía ardiendo. Mi coño parecía la albufera valenciana, una laguna de fluidos deseosos de ser degustados. Belén ya estaba desnuda, permanecía de pie y lubricaba un consolador anal. Era más delgado y corto que un pene de látex convencional. Se puso de rodillas en la cama y me abrió los glúteos sacándome el dilatador anal de forma brusca.
-¡¡Ah cielo más suave me haces daño!!
-¡Shhh!, ¿te he dicho que puedas hablar? Hoy te portaste mal cariño, mereces un castigo. Hablarás cuando se te diga.- Sentenció Belén dando varios azotes en mis nalgas.
Jamás pude imaginar que este juego de sumisión me pusiese tan cachonda. Los azotes fueron demasiado para mi coño y de mi esfínter comenzaron a emanar varios chorros que sorprendieron a mi hija.
-¡Guau!, parece que sigues ...