Madre enamorada (5)
Fecha: 16/03/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: starone, Fuente: CuentoRelatos
... queriendo portarte mal, ¡mira que eres puta Helena!
Se sentó sobre mi espalda y agarrando el consolador me penetró mi ano de manera brusca. Sentí un fuerte dolor, acompañado de un ardor intenso. Mi boca mordía las sábanas, no quería darle el gusto de gritar. Belén con su otra mano me retiró las bolas chinas de mi chocho, bruscamente por supuesto; y comenzó a masturbarme. La mezcla del dolor en mi ano, y el placer de sus dedos en mi coño me tenía en un clímax casi permanente. Sentía que mi hija estaba excitada y disfrutando tanto o más que yo. Eso me hacía feliz, como nunca lo había experimentado con ninguna otra mujer.
-¿Te gusta ser mi puta Helena?
-¡Siii, ahhh, mmmm no pares, siii! - Respondí en medio de mi segundo orgasmo.
-Si ¿Qué? - Insistió mi hija azotando de nuevo mis nalgas.
-Siii, ohh, ¡Dios no pares que me vuelves loca!
-¡Contesta a mi pregunta Helena, harás que me enfade aún más!- Exigía Belén mientras seguía azotando mi pompis.
-¡Sí adoro ser tu puta!, ¡Oh, ah, me corroo! - Respondí fuera de mí, incapaz de controlar la catarata de chorros que salían de mi peluda vagina asemejándose a una tubería averiada que vierte agua sin control.
Mi hija, al ser consciente de aquel orgasmo brutal, dejó el consolador en mi ano y acerco su boca a mi íntimo manantial probando mis lascivos fluidos como lo hacen los sedientos al llegar a un oasis.
Ya embrutecida de mi íntimo elixir, se incorporó y colocó sobre su cintura y vagina un arnés. La verga ...
... era larga y gruesa. Se ajustó bien el juguete y lo lubricó con premura. Mientras yo, entre jadeos, me deleitaba con su cuerpo desnudo y sudado que pronto abriría mis entrañas de nuevo.
-Ponte a cuatro.- Ordenó Belén impasible.
Obedecí rauda y veloz, deseaba me follara con esa verga de látex como si fuese una yegua a la que preñar. Nunca me había sentido tan excitada y caliente como esa noche, sentir a mi hija tan dominante, enfadada, y distante conmigo; permitió descubrir en mí cosas que ni yo misma conocía.
-Helena, abre tus nalgas con las manos.-Sentenció Belén con voz más dulce.
Obedecí ansiosa de tener a mi amor dentro. Acercó la verga a mis labios, empapados tras varias corridas, y me penetró despacio. Permaneció unos instantes dentro de mi chocho, después rozó mi agrandado clítoris con el glande, lo que hizo que volviesen a salir de mi ser pequeños chorros de flujo que iban acompañados de espasmos y respiraciones aceleradas.
-Mmmm, ah, oh, pufs... ¡Tesoro que bien lo haces, fóllame duro, hazlo, por favor, no aguanto más!
-¿Te di permiso para hablar?, contestó Belén.
-Perdón mi amor.
-Veo que no acabas de obedecer del todo, abre la boca.- Ordenó con voz firme.
Dejó de penetrarme y me folló la boca con su arnés, provocando casi de manera instantánea mis primeras arcadas.
-¿Ves lo que ocurre si no te comportas como es debido cariño?, tengo que enseñarte buenos modales.
-Si amor, tengo mucho que aprender, enséñame tesoro.- Contesté torpe e ...