Mi novia Lena (II): La cita muy especial
Fecha: 18/03/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Jano, Fuente: CuentoRelatos
Mi novia Lena estaba muy confundida. Quería creer que gustaba al señor K, pero este la había tratado con desdén haciéndole sentir mal y avergonzada, aunque la verdad es que había sentido mucho placer al estar con él, como nunca antes. Y también había comprobado claramente que su jefe había gozado con ella, de eso no cabía duda. Aún recuerda como él… Pero desde ese día, Lena decidió que siempre iría vestida muy elegante y fina al estudio de arquitectura. Es cierto que esa vez al ir tan provocativa había conseguido que por fin el señor K se fijara en ella, pero eso hizo que la tratara como a una cualquiera. En ningún caso ella quería parecer una fresca. La verdad es que no podía ni quería quitarse al señor K de la cabeza, pero deseaba conquistarlo por ser como es ella: una señorita educada y con clase.
El caso es que el encuentro con el señor K sucedió hace ya un par de meses y desde entonces él no se ha acercado nunca más a mi novia. Simplemente la ignora, solo muestra indiferencia ante ella. No es que la trate mal, simplemente no la trata, como si no existiera. Lena se esfuerza en hacer muy bien su trabajo, ser muy solícita, simpática y amable con todos en el estudio, pero no encuentra ningún reconocimiento por parte del señor K. Sólo una vez, como de pasada, al cabo de unos pocos días de haber estado con ella, el jefe le dijo “Muy buen trabajo, señorita Lena, no crea que no lo aprecio”, cosa que hizo que ella se ruborizara y se preguntara si se refería a… y mirara al ...
... señor K con unos ojitos de agradecimiento pero él simplemente se dio la vuelta y se metió en su despacho. Desde entonces, nada.
Hasta ayer.
—Señorita Sala, el señor K quiere verla en su despacho.
—Oh, sí, claro, ya voy! – contesta mi novia sintiendo que el corazón le va a explotar y corre a ver al señor K. – Señor K, usted quería verme.
—Ah, sí, hola señorita Lena. No crea que no reconozco su trabajo en el estudio, al contrario. También me he fijado que ahora usted viste de forma muy recatada. No le diré que no me gustara cuando usted parecía más bien… una… bueno, dejémoslo así. Me gusta que usted sea tan educada y fina, la verdad. Mire, si usted pudiera, desearía poder invitarle mañana.
—Oh, sí, sí, claro, señor K!
—Por la tarde, a tomar algo, en un sitio muy, muy elegante. Como es usted!
—Que bien, señor K! Me alegra que usted no se llevara una falsa impresión de mí el día que…
—No, no, por dios, Señorita Lena, al contrario. Mire, mañana por la tarde, tómese la tarde libre y así se puede ir preparando para nuestra… cita.
—Oh, señor K, qué amable es usted!
—Faltaría más! Mire, tome esta tarjeta y cómprese ropa nueva, que sea muy bonita y elegante.
—No, señor K, no hace falta… yo…!
—Quiero que gaste todo lo que desee en ropa para mañana. Procure que sea la mejor que encuentre, que usted vista muy guapa y elegante para la cita.
—Pero no hace falta, señor K, es usted muy amable conmigo.
—Arréglese bien, maquíllese bien guapa… Ah, y un par ...