1. Sentimientos encontrados


    Fecha: 28/03/2025, Categorías: Bisexuales Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    Las piernas se le aflojaron tras el contundente crochet de derecha y su cuerpo se desplomó en la lona. Cualquier intento por levantarse resultaba infructuoso, dado que su cuerpo era ahora un peso muerto que se negaba a obedecer órdenes. Estaba groggy y la cabeza le daba vueltas mientras escuchaba la cuenta de diez. Ese breve impasse actuó como mecanismo de defensa, y transcurrido ese lapso sus funciones motrices se reactivaron para poder levantarse.
    
    El combate tan sólo duró dos asaltos y la única baza con la que podría haber contado era la contundencia de sus puños, sin embargo, no le sirvieron de mucho frente a la velocidad, la condición física y la juventud de su oponente. Los golpes le llovían por doquier desde cualquier ángulo sin que Gloria pudiese hacer nada para esquivarlos. El jab de izquierda encontraba todos los huecos y no le concedía tregua ni un instante. Intentaba cubrirse con sus antebrazos, pero seguían impactando tres golpes de cada cinco. Por su parte, los puños que lanzaba Gloria no hacían más que perderse en el aire sin que ninguno de ellos impactara en el blanco, de ese modo su energía se iba consumiendo en cada intento que malgastaba espantando moscas en el vacío. Tras dos asaltos de tortura del jab de su contrincante, el uppercut le dobló las rodillas y la mandó a besar el suelo.
    
    La cara le ardía, el ojo se le hinchaba por momentos y en esos segundos que estuvo en la lona no pensó en que una niñata más en forma que ella la había tumbado, sus ...
    ... pensamientos estaban con Miriam y en cómo gestionar una relación que se estaba convirtiendo en tóxica.
    
    Ya contaba treinta y tres inviernos, y si alguna vez pudo haber tenido una oportunidad de ser algo en el boxeo, no supo aprovecharla, dada su singular forma de entender la vida, sus malos hábitos y su indisciplinada conducta.
    
    Después de que el árbitro proclamara campeona a su rival, Gloria se encaminó a los vestuarios con la cabeza gacha enfundada en la capucha. Su entrenador la acompañó cogiéndola del hombro, en tanto los abucheos de los asistentes la increpaban mientras desaparecían por el pasillo hacia los vestuarios.
    
    Tenía el ojo izquierdo hinchado y amoratado y la ducha fría actuó como un bálsamo. Se vistió, encendió un cigarrillo e intentó engañarse a sí misma pensando en un imposible.
    
    —Si le hubiese cazado con un solo golpe…
    
    —¡Toma! —le cortó la frase su entrenador haciéndole entrega de un sobre. —¡Coge tu dinero! He estado pensando mucho estos días. Deberías dejarlo. No voy a seguir contigo. Hace tiempo que debí dejarte. Se acabó.
    
    —¿Pero qué dices?… Somos un equipo.
    
    Su mánager le arrancó el cigarrillo de la boca y lo echó al suelo cabreado.
    
    —No somos nada. Quizás pudimos serlo alguna vez, pero, mírate. Estás acabada. No entrenas, bebes mucho, fumas, no te cuidas. ¿Cómo pretendías ganarle a alguien más joven y más rápida que tú? ¡Coge tu dinero y soluciona tus problemas! ¡Busca un trabajo, lárgate o haz lo que te dé la gana! Ya estoy harto de dar la ...
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