Sentimientos encontrados
Fecha: 28/03/2025,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... por lo que la respuesta a sus preguntas siempre había sido que la necesitaba para seguir llevando esa vida bohemia de la que no quería desprenderse, sin contemplar el daño que se estaban haciendo mutuamente. ¿Qué debía hacer, seguir chupándole la sangre y vivir en una mentira o aceptar un trabajo de ocho horas diarias, cinco días a la semana? O quizás la quería y no sabía demostrarlo, o lo que era peor, no quería aceptarlo. Tenía muchas decisiones que tomar y ninguna de ellas le gustaba.
Gloria se quitó la ropa mojada y se desnudó por completo con la intención de meterse en la cama, dormir, no pensar y quizás tomar las decisiones al día siguiente, si es que iba a tomar alguna.
Miriam la contempló deseosa, extasiándose de su cuerpo fibroso por un instante. Se incorporó en la cama, apagó la tele y dejó que su mano se posara en los pequeños pechos con su dedo acariciando el diminuto pezón, después descendió por su abdomen recorriendo cada corte y cada estría, dibujando con él los nervudos recodos del vientre musculado, mientras Gloria permanecía de pie sintiendo las caricias y dejándose hacer. La mano continuó su descenso por los oblicuos siguiendo el camino marcado por una pronunciada “V” que señalaba la ruta hacia un sexo depilado, exceptuando un triángulo de pelillos que lucía en su vulva.
El dedo patinó por la babosa raja con lentitud reiteradas veces y Gloria exhaló un leve gemido al sentir la extremidad deambulando por su humedad. Sintió lo que otras muchas ...
... veces, la necesidad de ser ensartada por una buena polla, pero simplemente se conformó con los dos dedos que se afanaban follándola cada vez más rápido, y con movimientos pélvicos buscó toda la longitud de las pequeñas extremidades. Gloria levantó la pierna y subió el pie a la cama para facilitarle la penetración. Miriam cogió con una mano sus duras nalgas y con la otra siguió penetrándola con fervor, mientras los flujos empezaban a deslizarse por su mano en un chapoteo constante. La lengua de Miriam buscó el pequeño botón y se unió en el empeño de darle placer a la mujer a la que amaba.
Los movimientos de cadera de Gloria se acentuaron, los jadeos se intensificaron y el placer la desbordó en sentido literal. Fue entonces cuando se sentó jadeante y Miriam compartió los flujos de su mano con ella. A continuación la besó con pasión buscando ser correspondida, pero el ardor de Gloria se había desvanecido y ahora sólo le apetecía dormir.
—Lo siento. Estoy hecha polvo.
Miriam se resignó una vez más sin poner objeciones.
Eran las cinco de la tarde cuando regresó del trabajo. Gloria continuaba durmiendo. Yacía desnuda en la cama, tal y conforme se había acostado la noche anterior. La contempló un instante y la deseó una vez más, ahora bien, llegó el momento que había evitado a toda costa durante meses. Tenía que tomar la decisión después de haber intentado que la relación funcionase, en cambio, era evidente que sus esfuerzos habían sido en vano y no estaba dispuesta a seguir ...