LES CONTARE LA HISTORIA DE LA NEGROTA LINDA (O SEA
Fecha: 04/08/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Vivo en el campo junto con mi marido y mi hijo, cerca de la casa de mi familia, él trabajaba toda la semana lo veo los fines de semana y en ocasiones el trabajo lo llevaba tan lejos (es albañil), que pasábamos semanas sin vernos y durante ese tiempo no tenía dinero, por lo que tenía que recurrir a la caridad de mi familia para alimentarnos con mi niño. Razón por la que un día decidí buscar trabajo y de lo único que encontré (por mi falta de preparación académica), fue de sirvienta, para cuidar a un niño de la misma edad de mi hijo, del cual me encariñe mucho.
Comencé a trabajar, estaba feliz de estar ganándome mi dinerito para mi hijo y para mí, los señores me trataban bien; tan bien, que poco a poco comencé a sentir atracción por el señor de la casa ya que él era muy cariñoso, respetuoso, amable y atento conmigo, era tooodoooo lo contrario a mi marido quien es campesino, ignorante, brusco, tosco, ordinario ; pero, debo aclarar que si ese hombre me gustaba no era porque no tuviera pretendientes (ya que esos me sobraban), aparecieron desde el primer día que llegué a trabajar y me decía “estos creen que ando con la cuca en la mano ofreciéndola”; pero, uno de ellos me logró entusiasmar un par de días y resultó que su forma de ser, se parecía a la de mi marido, por lo que terminé con él.
Como les decía comencé a sentir atracción por el señor de la casa, se convirtió en mi amor, por la forma linda de como se dirigía hacia mí, cuando le pregunté que si me tenía que poner ...
... uniforme de sirvienta me dijo que no, ya que ellos me consideraban parte de la familia. Entonces comencé a vestirme como lo hacía en mi casa, con la ropa que mi marido me había comprado, usaba pantalones, faldas y blusas pegaditas al cuerpo ya que a mi marido así le gustaba que me vistiera solo de ese tipo de ropa tenia, con esa ropa se me marcaba todo mi bonito cuerpo y me hacía resultar la gran cuca que tengo, esa era una de las razones por las cuales me salían tantos pretendientes (hasta un hermano de la señora que era casado me quería coger), también se me veían mis paraditas y bonitas nalgas, las blusas escotadas me hacían resaltar las tetas que estaban algo grandes porque como madre que soy ya había dado de mamar a mi niño (y a mi marido también); pero, yo estaba feliz en mi nueva vida.
La casa donde vivíamos era tan pequeña y las paredes tan delgadas que en la noche todo se escuchaba fuerte y claro por muy suavecito que la gente hablara, y casi todas las noches ella le pedía a mi amor que la cogiera, y él la complacía. Cuando cogían yo me excitaba mucho porque escuchaba bien claro todo lo que hacían, acercaba el oído a la pared de mi cuarto y me calentaba tanto al oírla gemir, jadear y bramar (ya que esa pared dividía los 2 cuartos), entonces me iba a, acostar en un sillón que estaba cerca de la puerta del cuarto de ellos, y me daba yo sola placer acariciándome el clítoris, me mamaba las tetas, las apretaba con las manos, me masturbaba metiéndome 2 dedos en mi concha ...