1. Torton el talador de pinos


    Fecha: 10/04/2025, Categorías: Transexuales Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    ... cruzo el patio e ingreso a la primera estancia que era la sala, impregnando el área con ese rico y peculiar aroma que un pino natural te proporciona. Ramón descanso el enorme árbol y me preguntó:
    
    R- En dónde quiere que se lo ponga?
    
    P- Ohhh... Pónmelo en dónde tuuu quieras…
    
    Mi respuesta fue en el evidente tono más coqueto que pude, Ramón dejó el pino en un rincón y yo fui a la cocina a traerle algo de tomar.
    
    P- Toma, bebe un poco, hace mucho calor aún para ser diciembre, no quiero que vayas a insolarte por mi culpa…
    
    R- Sí… gracias damita… de verdad lo necesitaba…
    
    P- Ammm... No quieres limpiarte? ducharte? No sé asi te refrescas un poco…
    
    R- No… gracias… es que tengo que volver a ayudar a mi papá y a mi hermano.
    
    P- Oye estás bien fuertote!! Yo ni de broma podría quizá ni mover ese pinote…
    
    R- Jaja… Yo lo hago siempre, de hecho a veces competimos y actualmente soy el que más carga, puedo cargar 3 pinos de buen tamaño sobre mi espalda…
    
    P- No te creo!! 3 en serio??
    
    R- De verdad damita, por eso me dicen el Torton…
    
    P- Ahhh… Woooow!!... Oye tienes bien rojo el cuello…
    
    R- Sí… fue el sol de ayer. Viera ud. cómo tengo la espalda.
    
    P- Mmmm... A ver… enseñamela... Tengo una crema especial para las quemaduras, quitate la ropa…
    
    Ramon se giró y me mostró la parte de atrás del cuello, jalaba cuánto podía su camisa para mostrarme su espalda, yo lo miraba embelesada, dije:
    
    P- A ver... desabotonate la camisa para verte mejor.
    
    Ramón se ...
    ... desabotonó la camisa, dejandome a escasos centímetros ahora sí, su físico que me hacia agua la boca… Sin embargo no quería parecer ofrecida por completo así que le dije:
    
    P- Voy a buscar la crema… dame un momento… no te vayas…
    
    Cuando volví, Ramón “El Torton” se giró mostrándome su imponente espaldota.
    
    P- Voy a ponerte un poco de esta crema… te va a aliviar las quemaduras del sol.
    
    Me unté de crema la mano y empecé a aplicarle crema en la espalda, con movimientos lentos. Ramón replicó:
    
    R- También me arde en el pecho y un poco las costillas…
    
    P- Ohhh… descuida ahorita le damos su atención también…
    
    Yo estaba como poseida esparciéndole la crema por toda la espalda. Y enseguida me unte un poco más para atender las zonas en dónde me indico que también le molestaba, para hacerlo lo común es que me hubiera pasado a su frente o de lado, sin embargo me atrevi a pasar mis manos los sus costados de Ramón, como si estuviera abrazandolo por la espalda y untandole la pomada de esta manera. Ramon echó la cabeza hacia atrás. Nos quedamos callados un instante que pareció una eternidad. Mis manos masajeaban con delicadeza su fuerte torso, entonces pregunte:
    
    P- Justo allí?
    
    R- Si allí…
    
    P- Y aquí?
    
    Ramón ya no contesto pero ahora yo subía y bajaba mi mano ya casi sin rastro de pomada, su cara estaba pegada a la mía por casi nada, casi podia sentir el picor de su barba en mi mejilla. Baje la llena de mis dedos a su abdomen cubierto en esa zona por un grueso vello.
    
    P- Aquí ...
«1...345...8»