Un macho alfa me hace su puta
Fecha: 10/04/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: MiguelFederico, Fuente: CuentoRelatos
... normalmente hacemos las operaciones en el local…
—Entiendo, pero no tengo tiempo de pasar, y luego de la cena viajo a Washington. Por favor, acepta mi invitación y hagamos negocios.
—Lo hablo con el dueño y le aviso Bob.
—Perfecto.
El dueño me dijo que no tenía problemas, que todo dependía de mi decisión.
—Hola Bob. No hay problema me dice el dueño. ¿Dónde quiere que nos encontremos?
—Carol, pásame tu dirección y a que hora quieres que mi chofer te pase a buscar por mensaje.
—No es necesario, yo…
—Insisto, una joven como vos no puede venir manejando o en un taxi.
Le pasé mi dirección y a las 21Hs. Puntualmente el chofer tocaba el timbre de mi departamento. Yo me había puesto un vestido negro, escotado, hasta sobre la rodilla y con un pequeño tajo sobre la pierna izquierda. Soy muy delgada, con pechos medianos y una cola deseable. El vestido era muy entallado, por lo que mis formas se mostraban por completo.
Cuando baje, el chofer me esperaba al lado de un Audi A8L, el más grande y suntuoso. Abrió la puerta y antes de cerrarla, abrió la del acompañante y tomo un pequeño ramo de flores y me lo dio.
—El señor Bob me pidió que le entregue este ramo, señorita.
—Muchas gracias, soy hermosas. Dije totalmente sorprendida.
Llegamos al mejor restaurant de la ciudad, y él me esperaba en la puerta del restaurant. Él mismo abrió la puerta del auto, y me ayudó a bajar. Nos saludamos con la mano, y me ofreció su brazo para entrar. Nuestra mesa ya ...
... estaba lista, y fue él quien me ayudó con la silla.
—Muchas gracias por aceptar mi invitación. Dijo con una sonrisa.
—Digamos que muchas alternativas no tenía… dije.
—Entiendo. Entonces, firmemos los papeles, le hago la transferencia y mi chofer la llevará a su domicilio. Dijo sin perder la sonrisa.
—Pero…
—Carol, no era mi intención incomodarla. Nunca forzaría a una dama a cenar, pasear o estar conmigo. Y tampoco uso mi dinero para conquistar mujeres. Páseme los papeles por favor.
No pude decir nada, estaba totalmente avergonzada. Fue una de las frases más inoportunas que he dicho. Completamos los papeles, hizo la transferencia de 1.1 millones de dólares y me miró a los ojos.
—Bob, le pido disculpas por lo que dije… no quise decir lo que pareció… Y para nada pienso que Ud. haya tenido intención de incomodarme.
—¿Cenamos? Dijo mirándome a los ojos.
—Por favor. Dije y él sonrió.
Charlamos de relojes, collares y otras joyas. Con la charla me fui soltando, me pidió que lo tutee, y cada vez su mirada era más fuerte y desplegaba una seducción natural, propia de los machos alfa. Estábamos terminando el postre cuando le pregunté por el collar.
—¿Le gustó a la joven el collar?
—No se lo he dado todavía. Temo que piense que se lo regalo por interés… Vos me entendés Carol.
—Puede ser, pero si valora las perlas, puede sentirse alagada, y no comprada. Dije
—Puede ser, pero entre nosotros, lo compre pensando en que lo use en su hermoso cuello cuando ...