Para vengarme convertí a mi esposa en puta (Parte II)
Fecha: 16/04/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... el coño y comenzó a tratar de meterlo en el ya ocupado orificio…
Tarella, aullaba de dolor nuevamente, sin embargo, no se debatía, permitiéndole al hombre realizar su trabajo a su antojo… Tras varios intentos fallidos, logró penetrarla… El grito de dolor fue desgarrador, pero el tipo siguió su tarea, perforando el ya lleno coño de Tarella cada vez más profundamente…
Cuando lo tuvo todo dentro comenzó a moverse al mismo ritmo que su compañero… Los gritos de dolor se transformaron poco a poco en gemidos de placer… a los minutos gritaba como loca que siguieran, que llegaran más profundo… que más rápido… La follaron los dos por su coño durante un buen rato durante el cual mi mujer no paraba de sentir orgasmo tras orgasmo hasta quedar media desmayada entre los dos tipos… Las últimas embestidas fueron brutales sacándole lágrimas de sus ojos… Los tres se corrieron en medio de alaridos y gemidos de placer, quedando abrazados en la silla por largos segundos…
Por muy puta que fuera mi esposa, tanta polla la había rendido… Tan cansada estaba, que cayó dormida en cuanto los paraguas se levantaron… La vieron unos segundos indefensa, acostada de boca, con su redondo culito apuntando al cielo… El cuadro era alucinante… y con una sonrisa en la cara me dieron la mano en señal de gracias y despedida, tomaron sus ropas y tras vestirse se marcharon. Entre tanto se vestían los camioneros, el boliviano y el peruano querían seguir con la fiesta, pues algo les decía que era ahora o ...
... nunca, por lo que, despertándola, comenzaron a follársela en 4 patas por el culo y la boca los dos a la vez… Tarella al principio no reaccionaba, pero tras unos minutos de estimulación la despertaron del todo… Ella misma se movía, enterrándose ambas vergas hasta las pelotas… Estaba nuevamente gozando… Follaron largo y tendido intercambiando de lugar en varias oportunidades de modo que ambos se la clavaron en los tres hoyos más de una vez… El viejo, en tanto, era un privilegiado espectador...
Los dos acabaron en la cara y tetas (a petición suya), dejándola acostada sobre su espalda con las piernas abiertas, jadeando… Al abrir los ojos buscó mi mirada hasta encontrarla… Sostuvimos la mirada por unos cuantos segundos… Sus sensuales labios esbozaron una sonrisa. Fue, creo, la última vez que mi esposa me inspiró ternura y el deseo de protegerla… Me levanté de la silla donde estaba admirándola para ayudarla a levantarse. Sus piernas vacilaron, por lo que la alcé en brazos, dirigiéndome hacia nuestra oficina.
Una vez en el baño, enjaboné su cuerpo con ternura y dedicación y, tras secarla, la vestí con una bata de levantarse y acosté en un sillón, tapándola con una frazada… De inmediato cerró sus ojos y acomodó en posición fetal… Le besé la sien y acaricié su pelo. Inclinándome sobre su oreja, susurrando le dije… -Descansa, pequeña… Descansa al menos un rato…- y pensé… Total, abajo ya están esperando su turno otros 4 camioneros ávidos de un buen y caliente coño, del cual podrán ...