Infiel a mi marido y a mi suegro
Fecha: 17/04/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos
... por si no me encontraba cuando llegara y nos dirigimos a la Central de autobuses, tan pronto nos despedimos, regresé a casa para arreglarme para mi cita, me bañé muy bien, a fondo.
Me puse una blusita de color rojo escotada al frente y unos leggins blancos muy ajustados que marcaban bien mis nalgas y mi vulva, tanga y bra de encaje de color blanco y zapatillas de tacones altos y salí rumbo al centro comercial.
Me sentía muy nerviosa, me temblaban las piernas, mi corazón palpitaba con fuerza y mi respiración estaba agitada, miraba para todos lados por si me encontraba a alguien conocido, el restaurante del hotel tenía acceso a la plaza comercial, pasé junto a él y no me atreví a entrar, solo observé y continué mi paso, me daba miedo que algún conocido me viera entrar, después de unos minutos pensando y habiéndome cerciorado de no conocer a nadie, me armé de valor y decidí entrar, no podía seguir deambulando, sería sospechoso, respiré profundo y me dirigí al restaurante del hotel, con paso firme y decidido, aunque por dentro mi corazón parecía que saldría de mi pecho, mirando de reojo en busca de alguna cara familiar, a un lado de la entrada al restaurante estaban los baños y los ascensores, y allí me dirigí, todo mi cuerpo temblaba, me faltaba el aire, cuando entré al elevador y cerró la puerta del mismo, por fin pude dar un respiro de alivio, me sentía agitada, me estaba graduando de puta, por primera vez iba a un hotel para satisfacer a un macho caliente y pervertido, ...
... una mezcla de ansiedad y excitación invadió mi cuerpo, oprimí el piso y pronto llegué a la habitación de mi amante
Tan pronto abrió Don Fernando me tomó de la cintura y apretó fuertemente envolviéndome en sus fuertes brazos, estaba casi desnudo, solamente tenía puestos su bóxer, sentí su miembro largo, grueso y duro contra mi vientre, delatando lo ansioso que estaba por cogerme, sus grandes manos recorrían todo mi cuerpo, apretaba mis nalgas y su boca se apoderó de la mía, la succionaba ansioso, mordiendo suavemente mis labios y su lengua recorriendo todo mi paladar y entrelazándose con la mía, mi ropa fue cayendo y pude sentir el roce de su piel contra la mía, el calor de su cuerpo quemaba mi piel, su olor me embriagó.
Continuó besando mi cuello y se me escapó mi primer gemido, mordisqueó el lóbulo de mi oreja y lo succionó, mi piel se erizó y un segundo gemido escapó de mi boca, en eso siento que mete la punta de su lengua dentro de mi oído y todo mi cuerpo se estremeció, sentí desfallecer, me encantó, mi coño empezó a lubricar y llenarse de mis fluidos, me encantaba todo lo que me hacía mi macho.
Estaba ansioso por tenerte en mis brazos, vida mía, ya no soportaba, tengo los huevos cargados de leche, me estaba volviendo loco, te voy a sacar los ojos de la culeada que te voy a dar,
Si amor, hazlo- respondí.
Estás empapadita, se nota que necesitabas un verdadero macho que te satisfaga, putita mía, - añadió, al tiempo que su mano se introducía entre mis piernas ...