Soy una milf de 50 y soy esclava de un joven de 20
Fecha: 22/04/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Ishtar Flores, Fuente: CuentoRelatos
... resaltaba mi figura, mi vientre plano, mis largas piernas, cubiertas con unas medias color piel, que le daban un toque exquisito acompañada con unos tacones de color dorado, mi culo bien formado, mi brazo derecho iba cubierto y el izquierdo descubierto, mi cabello iba suelto. ¡Eran ya casi las 5:15! ¡El muchacho me estaba esperando! ¡Me llevaba un ramo de rosas! ¡Lo vi, y me sentí emocionada! ¡Hola señora!, Me dijo, queriéndome dar un beso en la mejilla, al que yo contesté, poniéndole mi mejilla. ¡qué guapa!, me dijo y le contesté, preguntando: ¿tú crees? ¡claro, ya se lo había yo dicho me gusta usted mucho!, mirándome de arriba hacia abajo, recorriendo mi cuerpo con su mirada, por lo que le pregunté, con un poco de ironía: ¿paso el examen?, Y él, sin perder su seguridad, me dijo: por supuesto, se ve muy hermosa con ese vestido, ¡se le ven sus piernotas! ¡igual de hermosas que usted! El seguía halagándome, estas super buena, eres un mango, una diosa, mientras yo observaba un bulto que se marcaba en su pantalón.
Acto seguido, tomándome de mi brazo derecho, me preguntó: ¿vamos al cine o a tomar un café? Soy una cougar ardiente, ya estaba muy excitada por lo que le dije, que nos fuéramos directo al motel. Entramos al cuarto y Eduardo se lanzó sobre mí. Me abrazó y comenzó a besarme en la boca. De repente, sin dejar de besarnos, sentí que su mano comenzaba a acariciarme mi concha. Estuvo acariciándome, despacio, comenzó a darme dedo, a acariciarme mi vagina, a todo lo ...
... largo, desde arriba hasta abajo, ¡estás muy mojada, ¡así me tienes, muchacho, estoy deseando que me hagas tuya. Posteriormente, sentí que me bajaba su mano a lo largo de mi espalda, llegando a mi cintura, mis pompas, pasándola por debajo de ellas, por mis muslos y, en ese momento, flexionándose un poco, me cargó entre sus brazos, me levantó. Yo estaba colgada de su cuello y no dejaba de besarlo en la boca, entrelazándole mis piernas alrededor de su cintura, para atraerlo hacia a mí, sin soltarlo de su cuello, ni dejar de besarlo en la boca. Él se giró hacia la cama, cargándome. Dio unos cuantos pasos y me depositó sobre de aquella cama de motel.
Eres una puta tremenda, mira como vienes traes una tanga de hilo dental, vienes decidida a coger, ¿verdad mi putona? Me dijo, mientras, me quitaba mi tanga, para olerla y besarla, como deseando que mi aroma, fuera parte de él. Inmediatamente, miro mi vagina ¡Tienes un bizcochito sabroso! ¡Listo para darle de besos!, Me dijo, al mismo instante que se lanzaba sobre de él, a llenarlo de besos, a separarme los vellos de mi vagina, a descubrirme mi clítoris, a darle besitos, a morderlo con sus labios, a estimularlo, a lengüetearlo todito, haciendo que me revolcara de aquel placer: aaghh, aaahhh, gemía, de placer. Sus manos estaban sobre de mi cintura y su boca se presionaba con fuerza sobre de mi monte de Venus. Hacía unos movimientos entre horizontales y giratorios con la lengua, que me estimulaban locamente.
Posteriormente, me puse de ...