1. Trío bisexual en la clínica veterinaria


    Fecha: 24/04/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos

    ... sensación que me invadió es indescriptible. Jamás me habían dado una chupada de orto tan rica. Muy pronto mi culito empezó a abrirse, a lo que él respondió metiendo su lengua cada vez más adentro mío, para luego meter un dedo. Lo metía, lo sacaba, generándome un placer totalmente extasiador. Luego de que el segundo dedo entraba y salía sin dificultad, me ayudó a ponerme de pie. Lo besé con ansiedad en los labios, mientras me sentaba sobre la pija de su compañero, inmediatamente después de que este se colocaba un preservativo.
    
    Esa primera penetración fue hermosa. Mientras me movía despacito, él degustaba mis lindas tetas. El que tenía detrás, me acariciaba la espalda y apoyaba la cabeza de su pija en la entrada de mi culo. Tenía tantas ganas de que me cogiera, que casi no noté cuando metió su pija adentro mío. Me llevó varios minutos encontrar el ritmo adecuado para moverme, ya que era la primera vez que recibía una doble penetración. Cuando lo conseguí, la sensación de placer fue extrema. No había ningún indicio de dolor o de incomodidad. Era como si hubiese nacido para tener dos pijas adentro mío. Busqué la boca del que tenía enfrente y lo besé de manera salvaje, logrando ocultar a medias el volumen de mis gritos de placer.
    
    Estuvimos un rato así, hasta que los hombres decidieron cambiar de ubicación. El que estaba sentado cogiéndome por la concha, se puso detrás de mí para darme por el culo. El otro, ocupó el lugar del primero. Antes de eso, cada uno cambió el ...
    ... preservativo. Por un instante pensé “¿de dónde los sacan?”, pero muy pronto volví a concentrare en lo que estábamos. Seguimos en la nuestra. A esa altura, ya había perdido la cuenta de la cantidad de orgasmos que había tenido. Porque la catarata de sensaciones iba más allá de mis orificios penetrados. Sentía como si estuviese flotando entre esos dos cuerpos calientes y sudorosos. Sentía como si los tres fuésemos una nube de gases que acababa de escapar de un volcán en erupción. Esa sensación febril que se apoderaba de mi existencia, por momentos, me hacía olvidar de en donde estaba, de porqué sentía tanto placer.
    
    De repente, siento que la pija que tenía en mi culo, luego de una de sus tantas salidas, no vuelve a entrar. De inmediato, la pija que tenía en la concha también se queda afuera. Siento como desde atrás alguien me toma por la cintura y me ayuda a ponerme de pie. Los preservativos de ambos hombres caen al piso, mientras ellos se ubican uno junto al otro, masturbándose. Se besan, cosa que me parece tan tierna como excitante. Me arrodillo ante ellos, esperando los lechazos, mientras les acaricio las bolas con delicadeza. Las de ambos están hinchadas, por lo que presiento que lo que se viene va a ser fuerte. Acaban al mismo tiempo, inundándome la cara y las tetas. Cuando terminan las descargas, ambos se arrodillan frente a mí y comienzas a chuparme la cara, el cuello y las tetas, juntando de mi cuerpo su propia leche. Ninguna escena me parece tan excitante hasta hoy. Luego de ...