El drone - Relatos Eróticos

El drone

... vida con quienes calmaba algunas veces la necesidad de carne, pues sintéticas tenia mis juguetes y mi maquina cogedora.

Acostumbro a tomar sol y bañarme en la pileta como muchas veces andar por el jardín, desnuda.

Observo un brillo sobre el cerco de ligustre, muy bien disimulada una camarita inalámbrica apuntaba a la pileta.

Tomo un poco de tierra con agua hago barrito y le ensucio el lente.

Mira de donde me ha salido un voyeur.

Pero asi lo cagué ver que hace y seguí tomando sol en pelotas todavía mas cerca de la camarita.

A los dos dias la camarita ya no estaba mas.

La busqué pero no la encontré, la había escondido muy bien o había desistido,

Casi me arrepentí de lo hecho púes que mujer no desea ser espiada y calentar al espión?

Luego otra tarde un drone sobrevuela la zona, y rodea mi parque, seguro tiene camarita, con el teléfono le saco varias fotos, luego voy a mi compu a ampliarlas.

Si!!; una cámara esta adosada a su base.

Seguramente el pajero de Eduardo recurrió a ese artilugio.

Tengo un arco con flechas donde practico a veces tiro con él y se me ocurrió hacerle una buena trastada.

A una flecha le ate la cola con hilo y desparramé una buena longitud sobre el césped, cosa que la flecha al volar se lo llevase con facilidad.

De nuevo en bolas, acostada tomando sol y el drone no aparecía.

Por fin se aparece el negrito volado con sus cuatro patas como una araña gigante, lo dejo acercarse para no errar ni que me vea y se ...

... raje.

Me levanto y le doy la espalda, me abro las cachas para que se deleite con mi oscuro agujero, tomo el arco y dándome vuelta le disparo sobre las hélices, rápidamente va a tomar altura y el piolín se enrrieda en ellas, cayendo, rompiéndose por la mitad.

Lo recojo, grito “la puta que te pario” y la cámara se apaga.

Luego me voy adentro esperar y nada.

Pasaron dos dias y don Eduardo ni apreció.

Me puso en duda si el drone provenía de otro lado.

En ese caso hay varios que me desean, mi libido a mil, mi imaginario me traicionaba era hora de pedir a alguno de mis machos me cogiese bien cogida.

Ya decidida a telefonear escucho a una ambulancia detenerse frente la casa de Eduardo.

Me visto y salgo, le pregunto al conductor presentándome como medica, que le había ocurrido a don Eduardo.

Con displicencia, me contesta al viejo le dio miedo la tos y un poco de fiebre ya lo esta viendo el doctor.

La puerta de su casa estaba abierta, entro y voy a su habitacion, sentado en la cama con el torso descubierto el medico lo auscultaba.

Al escucharme se da vuelta y me dice que hace usted aquí, quien es usted?.

Eduardo se levanta y se caen los pantalones del pijama, pude apreciar morcillona una bella pija, y yo que estaba por llamar a un amigo, con este chipote de vecino, pensé al instante.

El le dice al medico, déjela entrar en mi vecina doña Sara.

Me presento al medico, mientras Eduardo avergonzado se levanta los lienzos.

Me explica es covid y tiene las ...